Hoy el señor Marcelino, ha pensado que esto, no tiene arreglo y como buen sindicalista, ha dicho !pues ahora al cielo a crear un sindicato! y a sus noventa y dos años, haciendo un hato con los jerséis confeccionados, por su eterna compañera, ha iniciado el viaje, por las blancas cimas de la tierra, hacia las estrellas que desde el cielo, sin conocer de ideas políticas, ni sindicalistas, llaman a quien ha sabido luchar por sus ideales, sean estos, los que sean. Adiós Don Marcelino, aquí nos quedamos personas, que respetamos a las personas y que estamos seguros, que allá donde usted esté, siempre que pueda, tratará de ayudarnos.
Desde aquí, le prometemos, que no seremos reincidentes, que al llegar a una nueva vida, procuraremos luchar por el bien de todos, para que nuestros hijos, se encuentren un mundo mejor que el que les hemos dejado aquí y ahora. Que desde ya, vamos a dejarles una vida digna, un espacio limpio y atractivo, un respeto a los mayores y un amor al estudio y al trabajo.
Adiós Don Marcelino. Cuando usted llegue a su destino, salude a la autoridad y dígale, que nosotros cuando lleguemos, lucharemos por una vida de respeto y de solidaridad para todos...Adiós Don Marcelino...Adiós.
Balfrido Erades
viernes, 29 de octubre de 2010
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