Él
era un niño pobre. Pobre, pero rico...vamos a ver si me aclaro: El periodista,
pensó que vendiendo un buen producto, podría hacerse de oro. Y Asumió el riesgo.
Se fue
a ver a Mercadona. Y la cosa casi funcionó, unos me dicen que sí, otros me
dicen que no...pero la verdad del cuento...la saben Juanito y Dios.
Trató
de meterse con la Castedo: La Castedo, será o no será, pero por delante, existe
algún que otro Juicio, para poder hablar de ella. Y por cierto, muchos
interesados en que esto dure. Y mientras se hable de esto, no se hable de otra
cosa.
Luego,
se fue a visitar a las hidroeléctricas...y con la iglesia hemos topado. En este
mundo de gatos (y de perros) nuestro arriesgado periodista, se ha encontrado
con grandes arañazos, que han destrozado su rostro, hasta llegar a quedar
desconocido...¡¡OLE!! tus cojo...programas, hay que tener un buen par, para jugárselos
a cara o cruz y pensar que se va a ganar. Yo estoy a favor del más débil, pero
ni entre los dos, ni los que puedan entrar a ver la que puede ser su última
función, vamos a ser suficientes para poder desfacer el entuerto.
Y es
que, con la iglesia hemos topado. Con sus oligopolios y sus puertas giratorias,
aquí ni las ratas pueden estar (las que pudieron, ya están dentro) así, que si
pierdes la partida, no te pongas triste, al mal tiempo...buena
energía...eléctrica.pepaherrero...jod...me ha dado la corriente
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