Tal vez el aburrimiento, me haga dejar de escribir. Es duro y cansado
repetir día a día la misma historia y aunque el ver a los amigos que me
acompañan, puede limar un poco mi cansancio, no puedo evitar el pensar que me
aprovecho de los escritores profesionales, para repetir una y otra vez, las
mismas palabras que ellos escriben.
Por otra parte, no se me va de la cabeza, que existen muchos
profesionales al servicio de los que sin saber, siguen haciendo de nuestro país
su especial mina de oro, dicen que la crisis se está acabando, yo siempre me
preguntaré lo mismo, ¿cómo seguimos dejando que nos engañen con la semántica,?
despierten ya señores gobernantes, una cosa es crisis y otra es expolio y lo que
estamos viviendo desde el año dos mil siete, es EXPOLIO, EXPOLIO, EXPOLIO. Y
nos están expoliando sin dejar de hacerlo ni un sólo día, los que pueden y
tienen los medios, a nosotros, puede que también nos gustara hacerlo, pero
nuestros pobres medios no nos lo permiten.
Y se acercan las erecciones...huy perdón, quise decir las elecciones y
la vida sigue igual, vótame que luego también te robaré...Y nosotros, les
seguiremos votando...Y ellos, nos seguirán robando.
Tal vez lo mejor, sería dejar de escribir y no dar más la tabarra, hay
personas que no entienden como se puede escribir sin ganar nada y encima,
hablando mal de los míos. Lo malo del asunto, es que no importa a quien pongas
en la picota, siempre alguien te dirá que son los suyos, porque si no voto a
estos, ¿a quién voy a votar...? Pues mire usted, doña Luisa, usted podría votar
a aquel señor tan simpático que escuchó hablar en la calle y que le gustó tanto
aquello que dijo...Me cuidaré de los ancianos y enfermos del barrio...Si, si
era guapo y simpático, pero si luego no cumple lo que prometió, usted podrá
pedirle audiencia en su propio despacho y él, le tendrá que recibir y usted le
podrá echar en cara, que no cumplió con sus promesas. O bien podrá hacerle
llegar su agradecimiento y el deseo de volverlo a votar en las próximas
elecciones.
Pero para eso, serian necesarias las listas abiertas, donde el voto que
aquel día usted emitió en la urna, decía con claridad, que usted votaba a una
persona y que su voto, era personal e intransferible. Tal vez usted acertara
con su buen olfato, pero lo ideal sería, que nadie pudiera presentarse a
gobernar, si no estuviera debidamente preparado y garantizada su experiencia,
por la Universidad que le dio el título. pepaherrero
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