La noche de la inauguración fue completa, la Asociación se había volcado con sus compañeros, los primeros treinta del turno de otoño además tuvieron la suerte de ser favorecidos por la visita de las máximas autoridades provinciales. Los discursos de todos ellos llegaron hasta nuestras almas de artistas y sobre todo nos llegó que aquella entrañable señora y hasta dicen que gran política (no es que lo dude) es que aunque tenga la suerte de tenerla como amiga en el facebook, en persona no la conozco y por cierto ojalá sea verdad el comentario y algún día pueda hacer algo especial por la asociación.
A los tres días, nuestro sabueso particular, preguntó a Bárbara (como quien no quiere la cosa) ¿Bárbara, por casualidad no habrás visto el cuadro?…. !No Carlos, pero ayer estaba expuesto, porque me preguntó por él… Y lo estuvimos mirando. El secretario de la asociación, que es persona lista y larga, lo primero que pensó es que alguien se lo había llevado y por teléfono hizo la primera gestión, el resultado fue negativo y esto ya empezó a mosquear a nuestro amigo. La segunda gestión fue llamar de inmediato a la persona en la que más confía y que piensa que es quien mejor le va a ayudar…Rafa…Soy Carlos…Te necesito, como si hubiera estado en la puerta el gran Rafael, El Divino, estaba con su amigo Carlos, que ya lo estaba poniendo al corriente del suceso. ¿Has llamado al autor? ¡Por supuesto que sí! ¿Y qué te ha dicho? ¡No! No le he dicho que el cuadro hubiera desaparecido, menudo disgusto que le vamos a dar, así que cuanto más tarde mejor. La consigna fue no decir nada, no levantar la liebre y entre nosotros vamos a tratar de saber que "moño" es lo que ha pasado. Mandaron cerrar las puertas, para hacer un registro en toda forma y las puertas se cerraron, nadie quedó sin aportar su granito de arena, en busca y captura de la solución.
Como ya era la hora de abrir, así lo hicieron y cada uno fue a ocupar su puesto, estuvieron espiando hasta bien tarde, sin que hubieran señales del ladrón y ya muy cerca de las diez, vieron llegar a un personaje cuya imagen era ocultada por un cuadro que aunque de no muy grandes dimensiones si lo era como para no distinguir al portador, todos a una trataron de inmovilizar a quien creían autor del hecho, pero ¡oh sorpresa!
A quien encontraron fue al bueno de A.A. que asustado, casi hizo caer a la artista del cuadro, nuestra amiga Sharada, quien habiendo visto un gran desconchón en el marco del mismo, optó por llevárselo a que le cambiaran la parte de bajo y como le había dicho que lo tendría mañana a las seis, no pensando que nadie pudiera darse cuenta, no dijo nada y cuando la llamó Carlos, no cayó en decirle que tardaría un poco más de la cuenta en poder devolver el cuadro a su sitio. Así, que se levantó el estado de excepción y todos juntos, pudieron tomar un pequeño aperitivo, con las viandas que sobraron de la fiesta de la Inauguración. (Que por cierto dijo Doña Luisa, que en salir de la crisis, habrá más) pepaherrero
domingo, 13 de noviembre de 2011
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