Hoy en la fiesta del nenúfar, en casa
de Carlos Bermejo, después de la comida se ha celebrado el sorteo de cuadros y
demás regalos, que cada año se sortean entre todos (y que siempre les toca a
los mismos. Los enchufados) a mi marido y a mí, nos ha pasado rozando el sorteo
(como siempre) y es que esto señores, se diga lo que se diga...esto tiene
tongo. Muy adelantado el sorteo, cuando le tocó el turno a aquel precioso
libro, regalo de Ramón Palmeral, Carlos Bermejo cantó el número...el noventa
y...dos. Les juro que aquí no hubo tongo, yo creo que fue el mejor de los
regalos, pero el número, lo tenía yo...
Muy contenta y feliz, ( y con más fe en
los hombres) abracé mi premio y por si me decían que había sido un error, lo
escondí entre mis más íntimos secretos...luego, cuando abrí el libro y quise
leerlo, los ojos se me llenaron de lágrimas. En aquel momento me di cuenta de
la cantidad de premios que me llevaba a mi casa, me llevaba un bonito libro, el
cariño de mis compañeros, la felicidad de querer y sentirme querida por todos
mis compañeros...¡¡No!! no señores, esto no ha sido una pedrea, me he traído a
mí casa todos los premios mayores del sorteo y les aseguro, que no ha habido ni
trampa ni cartón. Además de todos los premios, he visto dos o tres escenas de
emoción entre la familia Bermejo. Y he recogido una furtiva lágrima de los ojos
de Ramón Rodríguez, cuando le he agradecido el regalo que me ha hecho y a la vez,
me ha hecho mojar el borde de mi pañuelo. Gracias a la asociación y gracias a
todos mis compañeros, puede que otras asociaciones, tengan más socios, pero no
creo que los tengan mejor avenidos, gracias a todos. pepaherrero
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