...Y es que no les entra en la cabeza,
ellos son los servidores, a ellos es a los que les pagamos y de quienes
esperamos que nos sepan llevar por el camino adecuado. Pero en cuanto se suben
encima del macho, piensan que su única obligación, es clavarle duro las
espuelas. Piensan que las leyes que ellos mismos hacen, son para que las
respeten los demás y que ellos están exentos de tenerlas que cumplir. Ellos son
los listos, ellos son los que se las saben todas y así nos va por la vida.
Pero al parecer, las gentes van
despertando de sus sueños y cada día se dan más cuenta, de lo caro que resulta
tener unos gobernantes, que ni saben gobernar, ni están dispuestos a respetar
el voto que un día les diera el poder...y por supuesto, el pueblo pierde la
esperanza y cada día se da más a la botella. Pero ni aún por esas, está
dispuesto a ser humillado por unos individuos indignos de llamarse
gobernadores, de unos personajes (o personajillos) cuya única misión es hacer
de palmeros de los mejor situados, pero que a su vez, son igual de ineptos que
sus subordinados.
Para demostrar su valía, lo único que
hacen es, taparse los unos a los otros, sin darse cuenta que quien esconde a un
ladrón, se hace cómplice de un delito de encubrimiento y aún no habiendo
cometido el delito en sí, también tiene su responsabilidad, pero cómo todo
queda en casa...Gracias a Dios, el P.P. ya ha reaccionado, ha puesto las cosas
claras y han recuperado la esperanza. Para celebrarlo, le han pedido al
"señor Barcenas" que lo arregle todo y aunque tenga que romper alguna
botella, ponga a cada cual en su sitio.
Mientras tanto, los ciudadanos de a
pié, no saben a qué carta quedarse cuando sean perseguidos por los agentes del
tráfico...¿se esperan, o salen por piernas para que no les notifiquen? Y es que
la vida es un tango. Al fin la realidad se impone, tanta tienes (esperanza)
tanto vales...y nosotros gracias a Dios, nunca tendremos esos problemas tan
grandes. Al no tener dinero, no necesitamos tarjetas...y al no tener tarjetas,
no necesitamos pararnos en ningún cajero, donde nos puedan decir que no lo
hemos hecho ni pizca bien...por lo menos nos queda la alegría de ver como ellos
disfrutan a costa nuestra. pepaherrero.
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