Soplaba el viento. Las ramas de los
árboles, cambiaban constantemente de color, la noche se convertía en día, para
al momento siguiente volver a cerrarse en la más absoluta oscuridad. Los faros
del coche hicieron el momento más fantasmagórico si cabe. Los ojos de Iriana
reflejaron el terror de aquella noche infernal.
Cuando por la mañana despertaron en
aquella olvidada habitación del hotel, ubicado en medio de ningún sitio, Iriana
no terminaba de dar crédito a lo que sus ojos veían. Salvador, descansaba a su
lado y ella no tenía ni idea de lo que había pasado la noche anterior.
Sin hacer ruido, se dirigió al cuarto
de baño, después de ducharse y de ponerse ropa limpia, empezó a pensar en su
situación. Sola con un conocido (ni siquiera, se atrevía a llamarlo amigo y se
despertaba después de haber pasado la noche en la cama con él.)
Salvador dormía como si no lo hubiera
hecho en mucho tiempo, a Iriana, le entraban ganas de despertarlo y pedirle
explicaciones sobre el asunto.
Después de transcurridas otras dos
horas, Salvador hizo mención de volver a la vida, lo hizo cogiéndose con ambas
manos la cabeza y con un gesto de gran dolor, no se dio cuenta de la compañía
de la joven hasta que después de varios intentos, se sentó en la pequeña cama y
sus ojos recorrieron toda la habitación.
Aunque al principio Iriana no podía
creer lo que Salvador le decía, tuvo que llegar a la conclusión de que el
joven, le decía la verdad.
Al parecer, la noche pasada, habían
coincidido en una cafetería, Salvador iba acompañando a Lucre, ella era desde hacía
muchos años amiga de Iriana y al encontrarse, tomaron juntos una copa y
hablaron de cosas del pasado y recordaron que allí cerca, se encontraba la casa
de Nia, hacía mucho tiempo que Iriana no sabía nada de Nia, le hubiera gustado
tanto saludarla...cuando Salvador escuchó la conversación de las amigas, les
dijo que él tenía que ir a aquella zona a recoger las llaves de la casa de
Fernando, donde se iba a quedar durante una semana.
La tormenta empezó nada más salir de la
cafetería, apenas habían rodado unos pocos metros y empezó a chispear, pero
antes de haber hecho el primer kilómetro, se cerró la noche y de ser cálida,
pasó a ser fría y a no tener ninguna visibilidad a pesar de las luces del coche
y de las farolas.
La vuelta era cerrada, a pesar de
haberla tomado con sumo cuidado, el frenazo fue inesperado, pero salvó la vida
del motorista, Salvador salió del coche y trató de ayudar al herido, de pronto
el rayo fulguró en la noche, la rama del árbol cayó en un segundo, Salvador,
fue golpeado por la rama, la sangre la vio Iriana con el resplandor de otro
rayo, ella se comió su miedo y como pudo llevó a su compañero hasta el coche,
pero cuando trató de meterlo, un impacto sobre su cabeza, hizo que perdiera el
conocimiento, algo después, cuando despertó, vio que habían desaparecido la
moto, el conductor de la moto y el equipaje de Salvador que junto con su cartera
y el monedero de Iriana, pasaron a poder del desalmado motero, que había
fingido un accidente.
A Iriana y a Salvador, les ayudó el
dueño de aquel hotelito, después dio parte a la policía. Al motero lo
encontraron unos kilómetros más adelante, muerto por un árbol abatido por el
rayo, las prendas de Salvador y sus pertenencias, las recogieron en las
oficinas de la policía, nada pudieron aportar en su declaración, se abrazaron y
su amistad los llevó al matrimonio dos años después. pepaherrero
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