Al parecer, unos tienen derechos, mientras los otros, sólo tienen
deberes. El clan de los Pujol, no solamente tienen derechos, además tienen desvergüenza,
caradura y permiso de los Tribunales españoles para poder mofarse de quién
pretenda hablarles de el camino recorrido por un dinero que al parecer,
solamente ellos piensan que es suyo.
Además de faltar al respeto de quienes tratan de preguntarles, sacan
burla de ellos diciendo que se le ha agotado la pila y de negarse a contestar,
porque según su criterio, son preguntas sin sentido, pero ellos (los Pujol,)
siguen sin considerarse obligados a decir de dónde ha salido todo el dinero que
tratan de esconder.
Aunque el Juez no deja de encontrar pruebas en su contra, ellos siguen
en libertad y haciendo cada día más difícil saber la verdad de este cuento y la
verdad es que la gente, no lo puede llegar a entender. Ya hace muchos meses, en
la tele, una señora, al parecer novia de uno de los hijos, salió diciendo que
había acompañado a su pareja en sus viajes turísticos a Andorra y en vez de
llevar cheques de viaje, el dinero, lo llevaban en mochilas y billetes de
quinientos Euros, porque así, les resultaba más cómodo.
Mientras los catalanes, celebran sus carnavales, matando españoles, los
españolitos de a pié, los celebramos deseando que gentes tan poco gratas, dejen
de meter la mano en los bolsillos que no sean los suyos.
La Fiscalía Anticorrupción, la Policía Judicial, los Jueces y el resto
de las autoridades españolas, al parecer, no son suficientes, para acabar con
toda esta banda de mafiosos, capaces de mover dos mil quinientos millones de
Euros, por todos los paraísos fiscales habidos y por haber. El tiempo pasa y
nuestra familia feliz cada día tiene mejor guardado su capital. Aunque no
conozco sus intereses, ni sé, si van a servir para algo, mis respetos a la
señora Victoria Álvarez Martín, que en defensa de sus intereses y los intereses
de todos los españolitos de a pié, le echó valor y a riesgo de llegar a poder
ser víctima de cualquier otra historia, no se quedó con la boca cerrada. Si
otras personas y otras autoridades hubiesen sido igual de diligentes en este y
en otros muchos casos de expolio, tal vez, sólo tal vez, otro gallo nos cantaría.pepaherrero
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