Hoy, ha venido a vernos mi cuñado Pepe y después de pasar la tarde juntos hablando de tiempos pasados, de los que dicen que cualquiera fueron mejores, aunque yo creo, que en todos los tiempos, nos podemos encontrar de todo.
El tiempo de hoy, aunque calmo y sosegado, también tiene sus cositas, cuando se hizo la hora, cenamos en casa y después de la cena, mi marido, propuso ir a Campello a tomar un café y "dit y fet" sin pensarlo dos veces cogimos el camino y para allá que nos fuimos. Al pasar a la altura del puerto pesquero, se me ocurrió pedirle a mi marido que fuéramos a ver la subasta del pescado que hacía tiempo que no habíamos visto...Y al puerto que nos metimos como tantas otras veces ¿pero? no pudimos ver la subasta, por poco tiempo, llegamos tarde. Como el objetivo era tomar el café y el pequeño bar que hay al lado estaba abierto y conocemos al dueño, persona muy simpática y amable en el servicio, allí que nos quedamos. Después de tomar el café y de charlar otro rato más, decidimos levantar el campo, aunque se estaba muy a gusto con la brisa que corría y el perfume del pescado que en las otras mesas, estaban comiendo.
Cogimos el coche y pusimos rumbo a casa en La Coveta, pero la marcha, sólo duró hasta la salida del puerto donde la barrera, estaba bajada y una luz roja-naranja, nos advertía, que si no teníamos tarjeta, nos resultaría un poco difícil salir del recinto. Mi marido, no se amilanó y se fue a ver a nuestro amigo el del bar, para pedirle ayuda. Mira que hemos ido a salir y está cerrada la barrera...Pues lo tienes claro, la cierran a las nueve y media de la noche y no la abren hasta por la mañana...Horror a que nos toca irnos andando.
Mi marido, no se lo pensó ni poco ni mucho...Esperadme, que ahora vengo y sin dar más explicaciones, desapareció camino de...no sé dónde. No habían pasado ni quince minutos, cuando vimos llegar a mi marido en un coche de la Guardia Civil, con dos agentes casi, casi, adolescentes por la edad, pero no por el comportamiento, que desde aquí agradecemos y quiero que este escrito, sirva de homenaje a la Benemérita Guardia Civil, en la persona de estos dos agentes, que además de abrirnos con su tarjeta la barrera, nos pidieron perdón por el incidente ¿Pero como perdón, si sois dos soles y sólo por veros, estoy dispuesta a quedarme encerrada todos los días,? sólo por tener vuestra atención. Procuraremos que esto no nos pase más y a vosotros HOMBRES DE VERDE muchas...muchas gracias.
pepa herrero
viernes, 8 de julio de 2011
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