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domingo, 17 de julio de 2011

...SI ERAMOS POCOS...PARIÓ LA ABUELA

Ayer, en la procesión todo era imposible, no se podía aparcar, no se podía estar de pié, no se podía buscar a los amigos, en fin es lo que pasa en estos casos, mucha gente y todos queriendo ver a la virgen, aunque tambien parece que había gente, que le interesaba más la otra gente, que la manifestación civico-religiosa y el sentimiento que el acto despertaba en las personas.

Acertaron a pasar por allí unos al parecer rumanos, con más ganas de trabajar, que de ver la procesión. Y aplicandose con todos sus afanes, le quitaron "el peso de encima" a varios turistas y visitantes, que con el fervor por todo lo alto, no se dieron cuenta de lo que les aliviaron, "por todo lo bajo" pero...En el asunto, no estaban solos...Unos ojos vigilantes, veían hacer su trabajo a estos hacedores de horas extras, con el resultado, de que al cabo de un rato, terminaban de ver la procesión, desde el torreón que domina El Campello y desde donde salieron, camino de los Juzgados.

Bueno, a lo que ibamos. Nuestras amigas las gaviotas, no tan protagonistas como la virgen, pero casi...Casi, se encontraron en plena procesión, a un grupo de palomas mensajeras de las que hace tiempo que son amigas y como eramos pocos...Aquí que se las trajeron. Y hoy además de los mal templados graznidos de nuestras amigas, tenemos el dulce zureo de las palomas, que por cierto, son mucho más comedidas en sus conversaciones, que sus queridas gaviotas, pero les gusta seguir la fiesta al mismo ritmo que a la más marchosa de las gaviotas. Espero, que no estén invitadas para mucho tiempo.

Al parecer, se nos está acabando el aburrimiento, de las casas vecinas ya van llegando personas para adecentarlas y seguro que es indicio, de que alguien vendrá despues a ocuparlas. Espero tener muchos vecinos y así poder "pegar la hebra" con alguno de ellos.
pepa herrero

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