domingo, 5 de agosto de 2012
UNOS VIENEN Y OTROS VAN
Cuando se vio que la cosa no estaba clara, las aves de mal agüero sobrevolaron la zona donde al parecer, había caído el viejo macho herido, los primeros en llegar (los buitres) fueron desalojados por los chacales y los lobos, pero estos no tuvieron tiempo de hacerse con la presa. Llegaron las hambrientas leonas de los cuatro puntos cardinales y sus colmillos, sembraron el terror entre los otros carroñeros, que pronto se dieron a la fuga, esperando tiempos mejores.
Corrían los meses de aquel mil novecientos setenta y cinco, nadie dudaba ya del próximo fin del jefe de la manada, llegaba noviembre y el fresco general, aposentado en España, daba sus últimos coletazos. Los sentimientos eran encontrados, unos lloraban su pena y los otros brindaban con champagne. ¡Pueblo cobarde!, si no aprendes de tú historia, la tendrás que repetir una y mil veces. Veinte de noviembre. Aquí se acaba la historia, un nuevo país quiere hacerse con unas nuevas ideas.
Se acabó la dictadura y llega la democracia, (el gobierno del pueblo y para el pueblo) adiós Franco, no voy a utilizar ningún nombre que te ensalce, nada saldrá de mi escritura, que te vitupere, si fuiste lo que fuiste, es porque así lo merecimos, luego vinieron los de siempre, empezaron a morder y a hacer daño en tus despojos, pero hasta que vieron que no podías volver a la vida, te respetaron (o te temieron) ellos era lo único que esperaban. Luego sacaron sus banderas a la calle y armaron más ruido que nadie, se abrieron los reinos de Taifas, que ya se les habían cerrado a los moros y empezaron a imperar y a pedir lo que antes no habían sido capaces ni de intentar siquiera. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Aquel sindicato vertical, se convirtió en el reino de los mil sindicatos, todos recibieron sus ayudas, todos disfrutaron de un gran predicamento, todos tuvieron sus lideres y todos los lideres se vistieron con las ropas del señor obispo, con las joyas del cardenal y salieron a la calle, a demostrar que la calle era suya y aunque Fraga, quiso dejar claro, que la calle era suya, conforme han ido creciendo en la antigua España. Los reinos de Taifas, cada reino, ha tenido sus propios califas y sus propios profetas, pero sin excepción alguna, todos, todos, han sabido meter la mano en el saco de la comida y el ahorro de Juan pueblo.
Hoy todavía están de pie aquellas Taifas y aunque parece que la monarquía ya no puede caminar, todavía no ha salido un Viriato que sea capaz de hacer frente a todos estos vividores, que lo único que saben hacer, es sacar pecho y comerse lo que no es suyo, mientras que por el camino, nos van convenciendo, que lo único que hacen, es luchar por nuestros intereses, pero nuestros intereses, tienen que ser tan grandes, que a pesar de que lo único que hacen es estrujarnos, siempre somos capaces de sacar de nuestros cuerpos la última gota (que es la que ellos necesitan).pepaherrero
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