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domingo, 12 de febrero de 2012

ADIOS...WHITNEY...

Nadie sabía por qué, hoy los pájaros no cantaron al amanecer, las campanas no doblaron, pero la vida seguía. Hoy el mundo hecho silencio, un cielo grande en silencio y una voz desgarrada que pregunta a los vientos, ¿por qué, por qué tanto silencio? Y aunque nadie le responde, cielos y tierra lo saben, hoy ha muerto Whitney Houston, hoy ha muerto un poco el mundo, pero la vida sigue…Despertaron los ruiseñores y se oyó en la madrugada decir al más pequeño de ellos, ¡mamá, me duele la garganta! No llores hijo, no llores, por qué tu dolor no es nada, escucha cantar al viento, ¿oyes la voz de los ángeles? Pues todo eso no es nada, se ha perdido para siempre la voz que mejor cantaba. Cuando su madre la vio nacer, pensó que algo grande había nacido y desde entonces, Whitney, fue educada en el amor al góspel y su madre, quiso ser su maestra, ¡no! No era posible hacer cantar a quien sólo pensaba en la moda y aunque casi a la fuerza, su madre conseguía llevarla a la iglesia Baptista y llegó a formar parte de los coros, en su mente sólo tenía sitio para la moda y la interpretación. Llegó a ser portada de revistas como Glamour y Seventeen, pero poco a poco, la música fue calando en la sensibilidad de la artista y en el año mil novecientos ochenta y cinco, de la mano de Clive Davis, lanzó su primer disco, donde se encuentra su gran éxito Saving all my love for you y el mundo ganó la voz, que cuando se iba a escuchar y sólo un momento antes, los ángeles del cielo, hacían callar a sus coros, para escucharla a ella. Dentro de su alma de artista, la interpretación no dejó de llamar a su puerta, hasta que en mil novecientos noventa y dos, se emparejó con Kevin Kostnet para representar, lo que bien pudiera haber sido la historia de su vida, con aquella estrella de la canción que tuvo que ser protegida por un guardaespaldas que después la enamoró, pero dentro de su cuerpo estaba abierta la puerta del cielo con su música y no hablaré de éxitos comerciales ¡no! Yo quiero decir que la música que nos dejó, no se puede pagar con dinero, el terciopelo de su garganta, endulzó la vida de los mortales y los Dioses envidiosos de nuestra suerte, han decidido, que nuestro tiempo había pasado y hoy desde aquella habitación de Beberly Hills se la han llevado con ellos. Ella había conocido el amor y aunque no todo fue camino llano, la vida la premió con aquella niña, que quizás el tiempo pasando, nos devuelva otra vez la voz soñada, la voz que antes de empezar a cantar, conseguía que a su alrededor se hiciera el silencio sepulcral. Te esperamos Bobbi Cristina, tráenos un día un poco de esa voz que se nos ha ido y nos ha dejado tristes y silbando aquella melodía del guardaespaldas. Fiuu, fi, fi, fi, fi fiuuu. Descansa como te mereces, descansa en paz Whitney Houston. pepaherrero

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