jueves, 9 de febrero de 2012
RUNA...Y RUFOR 2ª PARTE Y FIN
A partir de ese momento, Runa perdió su alegría y no quiso volver a acompañar a su amado a visitar el mundo de los Dioses. Cuando el Magú de los Minset tuvo noticias de lo que acaecía, llamó a Cucor el Halcón y le pidió que le llevara con urgencia a visitar a sus amigos Runa y Rufor, el viaje fue fulgurante y en menos que canta un grillo, Magú ya sabía cuál era la enfermedad de Runa y preparando una pócima con unas hierbas que había traído, las hizo beber a Runa quien a los pocos momentos, ya se encontraba sino bien del todo, por lo menos mucho mejor.
Si, si, sois buenos observadores y todos os habéis dado cuenta de la enfermedad de Runa y tal como lo habéis pensado, salió. Pero salieron una hermosa parejita, que durante mucho tiempo fueron el orgullo de sus padres, Runa volvió a salir con Rufor, pero ya casi no iban a visitar el mundo de los Dioses, lo primero era llevar comida a sus hijos para que se criaran fuertes y sanos. Encontrar comida para cuatro bocas (mejor dicho picos) no era tarea fácil, tenían que recorrer todos sus vastos territorios y a veces hasta se hacía pesado tener que llevar a aquel triste gazapito de ojos legañosos quizás la mixomatosis, se había cebado en él. Pero comida es comida y burro que vuela a la cazuela. La vida es bella y ver como tus hijos crecen y se van haciendo mayores, a pesar del trabajo, hace la vida más dulce.
El Otoño ya le estaba dejando el camino al Invierno, quedaban muy pocos gazapos y menos conejos, a veces un gato enfermo o quién sabe si alguna oveja abandonada a su suerte, ese día, tenían resuelta la comida de varios días. La tormenta, cosa rara estaba durando casi cuatro días, nunca se había conocido este mal tiempo en la región, Rufor salía en busca de comida para sus hijos y para Runa, quien a ojos vista, se estaba quedando muy delgada, pero aquella mañana, el sol radiante de nítidos colores, iluminó el horizonte, Runa hoy se ha despertado la primera y su vista de hembra, se ha dado cuenta que hoy podrían saciar su apetito sus hijos y de ellos. Despertando con sus alas a Rufor, le hizo ponerse en marcha al momento, los niños estaban exultantes, en sus pequeños cerebros, se había metido la idea de que hoy comerían y la misma idea, les abría el apetito, así que abriendo sus picos de par en par, exigieron a sus padres, el alimento que no les habían proporcionado en los últimos cuatro días.
Levantaron el vuelo, ascendieron hasta donde la tierra sólo era una pequeña naranja y de nuevo vieron la alegría del vivir, su vuelo tomó el camino directo de la sierra La Zafra, en su pared Sur, dos grandes cuevas, son la urbanización de aquellas palomas torcaces de tan buen sabor y que tanto les gustan a los pequeños.
El ataque fue brutal, no se podía esperar otra cosa de unos padres, ante el hambre de sus hijos, las primeras dos palomas que cayeron en sus alas, fueron las víctimas propiciatorias que iban a servir de comida a sus hijos. Un ligero viento de Levante, hizo que la pareja se desviara hacia la Serreta, entre Monforte del Cid y Novelda así, cuando empezaran a estar cansados, el viento de cola les podría llevar con facilidad hasta su nido.
Maldito, maldito sea, aquel furtivo cazador, que en su vida había hecho un solo blanco, pero en esta ocasión, en la hora donde todos se recogen a comer en sus casas, cuando avistaron los dos miembros de aquella pareja feliz la sierra de Monte Agudo, sonaron dos disparos, que retumbaron en la tierra y se escucharon hasta en el mundo de los Dioses, nunca, nunca había hecho blanco ¡nunca! ¿Por qué ese maldito día sí? A los tres días el cuerpo comido y destrozado quizás por perros silvestres de Runa, lo encontró un guardia rural, a Rufor, lo vieron caer, pero nadie encontró su cuerpo, los polluelos no tenían edad de empezar a volar y sin sus padres… Esta es la triste historia de una pareja de Águilas Reales que nos concedieron el honor de convivir con nosotros y nosotros les pagamos con la única moneda que tenemos. ¿Quedan Águilas Reales hoy en España? pepaherrero
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