sábado, 11 de febrero de 2012
Cuando vino Kanelo al mundo, las campanas perrunas, se echaron al vuelo, aquella estrella que iluminó el cielo canino, fue guiando el camino de los reyes perrunos hasta el triste portal, donde el cachorro envuelto en paja, dormía ajeno a lo que le iba a deparar la dura vida de perro. Ya dijeron los augures, que perro que nace de noche, roba pienso, roba broche y aunque no lo parecía, su vida discurría en el barrio, sin que nada hiciera presagiar lo que el tiempo le tenía reservado. Su vida era apacible, los meses se dejaban mecer por las olas del tiempo, hoy septiembre, mañana mayo y luego otro año, a las bien formadas espaldas del animalito. La raza, parecía de galgo, otros decían que era “un perdiguero” que luego me enteré, que perseguía perdices, el otro de más allá, decía que si podenco. Las perritas del barrio en estado de merecer, le sonreían y mostrando sus caninas fauces, le enseñaban su bien afilados caninos, alguna, medio bien situada, tuvo la osadía de proponerle un ventajoso matrimonio, pero él siempre las despedía con una perruna sonrisa. ¡Kanelo!, ¡Kanelo!, los niños pequeños, querían jugar con Kanelo, era tan bonito y tan simpático, que a todos les hubiera gustado tenerlo en sus casas, Kanelo, se hacía desear.
Después de aquel viaje, en el concurso de perritos guapos, Kanelo ganó el primer premio y aunque el hueso de premio, le supo a poco, se dio cuenta de que de algo le podía servir, si conseguía el amor de aquella dulzura, que con tanto cariño lo miró. No se hizo de esperar, lo primero fue facturar a la dulzura que ya tenía desde hacia tanto tiempo…después, mover el rabito en tiempo y forma, para lo cual, cursó estudios en una escuela de alta tecnología. Sus movimientos, fueron más suaves, sus miradas más dulces y lánguidas…y sólo cuando pasaba su nueva dulzura él daba rienda suelta a todo su saber y su simpatía.
No había pasado mucho tiempo, cuando empezó a salir con su nuevo amor…y era tan nuevo aquél sentimiento, que todo lo demás quedó atrás para siempre. Kanelo, vio que la oportunidad, se la ponían en la boca y la supo aprovechar, luego el tiempo y el trabajo, fueron consolidando su vida. Fue el mejor cazador, llegó hasta la presa más difícil de vencer, luego ya, se dedicó a la caza mayor y de los mejores cotos, era llamado. No había montería que él no hubiera organizado, por supuesto consiguiendo pingües beneficios (hoy la vida es muy cara y muy difícil). Pero…pobre lechera, sus sueños se cayeron junto con la jarra de leche, alguien seguramente por envidia (o vaya usted a saber) le puso la zancadilla y el pobre Kanelo, fue a dar con su cuerpo en tierra, donde se rompió algún hueso importante.
Pobre Kanelo…Pobre, pobre Kanelo. Me angustia pensar que va a ser del pobre Kanelo, de su dulzura y de la camada que consiguió medio criar con el sudor de su frente. Ahora lo veo pasar cojeando por las calles y me pregunto…¿quién te cuidará Kanelo?…¿qué será de ti? Tú, todo lo hiciste pensando en lo mejor para tú familia y nadie te lo agradece, aquellos que ayer te buscaban y pagaban tus servicios, hoy te acusan y miran para otro sitio, ¿quizás buscando otro Kanelo? El mundo es cobarde y ruin, ayer te buscaron, hoy, te apalean y mañana, buscarán otro Kanelo en quien descargar sus culpas, por si no nos vemos, descansa en paz Kanelo. pepaherrero
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