domingo, 10 de junio de 2012
EL PESCADOR DE PERLAS
Nacieron en la misma isla, pero a Ninúnga, sus padres lo llevaron a estudiar en aquella universidad de América y cuando regresó de nuevo a la isla, los jóvenes pescadores, se reían de él por no saber como llegar hasta donde las ostras se dejaban pescar, llevando un regalo para las mujeres de la isla, de nada servía que fuera capaz de ayudar a traer al mundo a otros pequeños isleños, eso lo sabían hacer las mujeres más viejas. De nada servía que supiera hacer una cirugía importante en cualquier joven herido en su lucha diaria, para obtener su sustento y el de las mujeres de la isla.
Ninúnga, siempre que sus obligaciones se lo permitían, se zambullía en la laguna intentando aprender a pescar aquellas perlas que al parecer, huían de él. El resultado siempre era el mismo ¡NADA! Ya se está acercando el día de “Cansur” el día donde los hombres de la isla reconocen a su nuevo jefe, al hombre más aguerrido, al mejor pescador de perlas, al más querido por las mujeres, pero todos saben que a Ninúnga, no lo van a elegir de jefe, ni siquiera lo van a dejar participar en la gran “Casuá” para poder participar, es necesario tener un mínimo de ostras pescadas a lo largo del año y Ninúnga…
Ya las canoas estaban preparadas, los tambores llaman a la fiesta, el gran Casuá va a dar comienzo. De entre todos los jóvenes que participan en el peligroso concurso, sólo dos parecen tener todas las probabilidades de alzarse con la jefatura del año, Misú, por la cantidad de perlas conseguidas y Nay-Nay por la calidad, los dos jóvenes, están enamorados de Unía, es la más bella joven de la isla, es la que mejor canta, la que mejor se mueve y la que puede dar más y mejores hijos al que la pueda conseguir, pero para poder ganarse su amor hace falta…
La proa de las frágiles embarcaciones, rompen el agua buscando donde hacer la mejor pesca y aunque Nay-Nay sigue la estela de la canoa de Misú, va quedándose retrasada, los hombres de la tribu, piensan en que le van a faltar las fuerzas a Nay-Nay, al poco tiempo ven como cayendo hacia estribor, se dirige hacía la zona de “Nalúa” el Dios de las tormentas, en aquella zona es muy peligroso pescar, por las fuertes corrientes que se producen debido al flujo de la gran corriente, pero al parecer Nay-Nay conoce el sitio y no le teme, la pequeña canoa, se deja mecer por las agitadas aguas y Nay-Nay con una rodilla en el fondo de la piragua, reza a Nalúa y le ofrece la sangre de un pequeño animal capturado aquella misma noche, mientras hacía la vela.
Tras cuatro horas de inmersiones continuas, de nuevo las canoas ponen rumbo al poblado con la pesca conseguida. Las mujeres serán las encargadas de estudiar y evaluar cada una de las cosechas de perlas, no pueden equivocarse, en ello va algo muy importante, si los dos se disputan la jefatura, más importante es conseguir casarse con Unía, de la que ambos jóvenes están locamente enamorados, lo que hace que desde niños sean declarados enemigos.
El resultado está muy claro, Nay-Nay se ha declarado vencedor, al conseguir más calidad y cantidad de perlas, pero…pero…pero siempre suele haber algún pero…Nay-Nay le ha prometido a Nalúa Dios de las tormentas, que si lo hace vencedor, él le dará lo que Nalúa le pida…y Nalúa le reclama que se case con su hija Nalúina y por honor y por obligación, Nay-Nay se tiene que casar con Nalúina. Misú, ha declarado que no se casará con la mujer que Nay-Nay no ha aceptado y ha desaparecido de la isla…pero dos horas después…aquella pequeña falúa, se fue haciendo grande y llegó a la playa, llevando en su interior a Ninúnga y una gran cosecha de perlas tan grandes como no se habían visto nunca por aquellos mares. Las mujeres reunidas de urgencia, no tuvieron más remedio que declarar a Ninúnga Jefe del año y dueño y esposo de Unía, que además era lo que más le interesaba a Ninúnga. Desde entonces, muchas cosas cambiaron en aquella isla y Ninúnga y Unía, fueron jefes durante muchos años y por supuesto tuvieron muchos hijos que fueron grandes estudiantes y a la vez, pescadores de perlas en la laguna. pepaherrero
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