domingo, 24 de junio de 2012
HOLA DON DAVID
La llegada de nuevos turistas, hacían del paseo del puerto una nueva Babilonia donde te podías encontrar con cualquier persona (o personaje) yo no suelo pasear mucho por el puerto, pero la verdad es que me pierdo algo bonito é importante. Luego me cuentan historias que la verdad es que me hubiera gustado vivirlas a mí. Cuando mi marido me propuso el paseo, me pareció que iba a pasar mucho calor, pero a pesar de todo, él insistió…total ya casi es noche cerrada y por allí correrá una brisa…y tenía razón.
Nos fuimos a recorrer la zona de los bares, al pasar por la puerta del Casino Mediterráneo y por casualidad, vimos a su director Don Miguel Ángel Franco, amigo querido, al que saludamos y del que no aceptamos su amable invitación a tomar algo en el casino. Gracias Miguel Ángel, tú tan amable como siempre, pero queremos llegar hasta la zona Volvo y ver que hay por ahí.
No fue hasta más tarde, cuando de regreso hacia la explanada, vimos un poco de follón y aunque a mí no me gusta presenciar alborotos, ya desde lejos, me llamó la altura del personaje que se paseaba delante de nosotros. Lo primero que llamó mi atención, como mujer que soy, fue su desnudez, iba como su padre, lo trajo al mundo, luego al mirar a aquel banco corrido al borde del agua del puerto, vi que también estaba su propio padre, sentado y mirando orgulloso a su hijo. La gente se arremolinaba y apenas si podíamos abrirnos paso entre los viandantes, una jovencita de aspecto virginal, se dirigió al gigante y le preguntó con el máximo respeto…oiga…usted perdone…¿usted, es…? ¿Usted, es…?). No te equivocas niña, soy el rey David y este señor es mi padre. Miguel Ángel Buonarotti. Y hemos venido en ese crucero que ves allí y a el regresaremos esta noche, para llegar hasta las islas baleares, de regreso a nuestra casa en Florencia.
Hoy la juventud, apenas tiene capacidad de sorpresa, a nadie llamó mucho la atención, encontrar allí a nuestros dos personajes, cuando Miguel Ángel, se puso delante de aquel bloque de mármol de una dudosa calidad, este ya había sido mancillado por artistas incapaces de sacar de él, ni chinas para hormigón, el maestro Buonarotti se encerró con aquella piedra odiada por todos por inservible, nadie pensó que dos años después, de su genio saldría aquella belleza de casi cinco metros de altura y medidas perfectas, aunque alguien ha llegado a decir que quizás, por algún golpe dado por quien no fue capaz de sacar punta del bloque de mármol en su espalda y a sabiendas del maestro que le faltaba materia para poder hacer bien su trabajo.
Pese a que la tarde era distendida y amable, nadie fue capaz de cambiar aquella mirada entre hostil y amenazadora, en su mente, aun sigue esperando que aquel Goliat, se presente para con su fuerza hacerlo añicos…pero si no pudo con él a tamaño natural, ahora…pero él sigue portando en su mano izquierda la honda, mientras su brazo derecho pende inerte junto a su cuerpo, si bien ni por un solo momento, dejó de vigilar y de estar al acecho. Buenas noches a nuestros dos turistas especiales y que tengan buen viaje de regreso a su hogar. Pepaherrero
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