martes, 19 de noviembre de 2013
Cuando le dijo Teresa a su marido aquello de…Juan, hay que hacer una reforma, el pobre Juan, no se pudo imaginar lo que se le venía encima. Y es que las reformas se hacen de tarde en tarde ¿o no? a veces es necesario reformar algo que no ha salido bien al poco tiempo de haber hecho la reforma.
Al parecer, esto es lo que le está pasando a nuestro gobierno. Por muy rápido que ellos hagan sus reformas, parece que alguna fuerza oculta, se dé más prisa que él y lo vuelva a cambiar todo. La antigua ley de enjuiciamiento civil de mil ochocientos ochenta, ha cumplido con su función durante casi siglo y cuarto y ahora cada día es necesario hacer alguna reforma y es que las ciencias adelantan que es una barbaridad.
Pero las leyes, yo pienso que antes de hacerlas, sería conveniente estudiarlas y antes de publicarlas, estar seguros de su utilidad, pero las leyes, también cumplen otra función que al ciudadano de a píe, se le pasa por alto, las leyes se promulgan y se olvidan y quedan enterradas en el baúl de los recuerdos y cuando menos la gente se lo espera, es cuando te salen por peteneras y te aplican cualquier ley que nadie conoce, pero que allí encontraron escrita y calladíta hasta esa ocasión buena para ellos y mala para ti.
Así se pueden dejar salir de la cárcel a Etarras y violadores, así se puede sancionar con el máximo rigor a los que lanzan tartas a la cara de cualquier política (o político) así si una mujer no tiene de que darle de comer a sus hijos y decide vender su cuerpo, puede incurrir en sanción de hasta treinta mil Euros y los que quieran ayudar al pobre que va a ser desahuciado de la casa que le vendieron casi a la fuerza, puede ser sancionado con seiscientos mil Euros.
Pero digo yo, si en mi vida he visto un billete de quinientos y no he visto en mi cartera más allá de lo justo para hacer la compra, ¿de qué me voy a preocupar? ¡Que pongan…qué pongan! Otra cosa es que no se puedan hacer fotografías de la policía en sus actuaciones, quedaría muy mal, que en una revuelta provocada por niños haciendo valer su hora de la merienda, sacaran la imagen de un agente, siendo cogido de los hue…sos por aquel niño pesado y llorón.
Y es que al parecer, ha muerto la Prudencia, quizá fue empujada al abismo por la Venganza, o tal vez se ha perdido la capacidad de discernir lo que es normal, de lo que no lo es, señores legisladores, comprense un antiguo código de aquellos que usaban mis abuelos, en ellos quizá encuentren cosas que les haga ser más comedidos y así, evitar que se les vea tanto el plumero, legisladores a legislar y políticos al p…olitiqueo. pepaherrero
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