Ayer casi se nos hace tarde, mí marido, a veces es un
poco lento, pero gracias a Dios llegamos a tiempo y pudimos hacer todo el
recorrido por el mundo de los poétas. Allí encontramos a todos los nombrados en
la literatura Griega, sufrimos con sus males y nos alegramos de sus alegrías.
Sentados dos fílas delante de nosotros, estaban Virgilio y horacio, estuvimos a
punto de tener que llamarles la atención, pues no fueron conscientes, que
nosotros en esos momentos, estabamos más interesados en las sabias palabras de
nuestros compañeros Palmeral y Pilar Galán, que de los cuadros que Virgilio y
Horacio estaban tan interesados en vender. Nuestros anfitriones, no dieron
mucha importancia al mal hacer de aquellos personajes. La gracia de Ramón y los
versos de Pilar, nos llevaron muy pronto al fin de una velada, que a mí, me
supo a poco. Gracias a los dos. A Palmeral que a veces tenía que ponerse serio
con Don Alzheimer y a Pilar que hizo nuestras delicias. Un fuerte abrazo y ya
casi he pasado toda la avenida del Parnaso, preciosa excursión disfrutada con
sus dos guias, gracias
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