Si alguien no ha tenido vacaciones, si alguien ha tenido que pasar el verano sin salir de casa, si lo pensara, diría !lo siento! pero creo que tanto a mi marido como a mí, los tiempos de vacaciones, ya se nos van haciendo largos y ya preferimos "el calor del nido," "la paz del hogar" y no es que no tengamos el espíritu joven (que lo tenemos) es que después de todo un año de rutina, se nos hace pesado el aislarnos en el espacio cerrado de una urbanización y dejar que el tiempo, se nos coma sin hacer nada contra él que es el verdadero culpable.
Llegamos a Barcelona y como siempre, fuimos al Hotel Royal. Nos gusta el hotel (residencia) y nos gusta la cafetería que existe en los bajos del hotel (La Poma) donde se degustan platos típicos catalanes que son muy difíciles de degustar si no es en sitios muy especializados. Entramos por la entrada del parking como siempre y después nos dirigimos a recepción... Lo sentimos señor Erades, pero estamos esperando una excursión con muchas personas y sólo le podremos dar habitación por una noche...Por la perrita no hay problema, se puede quedar con ustedes.
El paseo por Las Ramblas hasta altas horas de la noche, fue divino, siempre tienen algo nuevo que enseñar y su sabor cambia a medida que vas disfrutando del paseo, sólo de mimos, mi marido contó treinta y dos, alguno de ellos en especial (todos en particular) verdaderamente impresionantes. Si hubiésemos querido buscarle un novio a la perrita Paris, fueron varios los que nos lo ofrecieron. Y mujeres y hombres con verdadera belleza, parecía que surgieran de la nada, a cada paso que dábamos. Barcelona es bona...Nos perdimos cualquier espectáculo que hubiésemos podido ver, pero la compañía de Paris sólo nos permitía dedicarnos a ella
Por la mañana, el tiempo se nos hizo corto, las visitas fueron muchas y al parecer bien aprovechadas, como la misión estaba cumplida y no hacía falta buscar nuevo alojamiento, tomamos camino de Valencia donde encontramos donde pasar la noche con Paris y por la mañana, cogimos rumbo a la Albufera y después de pasear durante un buen rato, nos fuimos a comer a casa del "tío Cañamel." El señor mayor que siempre nos recibe, no sé si será el viznieto del "tío Cañamel" o si será de otra estirpe distinta, pero de que es un buen relaciones públicas, no tengo ninguna duda. El camino hasta la "Coveta" se me hizo corto y ligero, pero ayer día veinticinco, el camino desde la "Coveta" hasta casa, es lo mejor que después de la noche "mágica" de Don Carlos Bermejo, me ha pasado este verano y siempre es la misma frase "hogar dulce hogar"
pepa herrero
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