A las cinco en punto de la tarde, de una tarde de verano, van tres padres de familia, van cogidos de la mano. El sol quemando las gradas, el agua fresca cantando y detrás van las cuadrillas, que mal que lo están pasando. Con la señal de la cruz, los tres matadores van, van a torear la muerte !hay Señor! ¿Que pasará?
Canta el clarín en la plaza, en los pechos se abre el miedo, con sus capotes de gala, los toreros van saliendo. Mire usted que señorío, que prestancia, que salero. El alguacil a caballo, cierra la plaza del miedo. Y allí se quedan tres hombres y entre ellos mi torero.
El primero, no da juego, ni el segundo, ni el tercero. Y sale el cuarto a la plaza y dijo el hombre !te espero! y allí a puerta gayola, lo esperó con desespero. ! Ven a por mí morlaco!!De rodillas yo te espero! en la plaza puesta en pie, vieron todo lo que vieron. Un hombre hecho gigante y un toro "pa que te quiero" allí empezó la pelea, allí empezó el sufrimiento. Puso el hombre banderillas y el toro fue por derecho. Y luego con la muleta, con la montera en el suelo, después de brindar el toro (un brindis con sentimiento) se fue el hombre hacia la bestia con su andar altanero. ! Toro de los cuernos grandes, toro de los ojos negros, ven a matarme esta tarde, esta tarde yo te espero!
Se portaron como tales el toro y el torero. Uno cumplió con su sino, otro acabó con su miedo. En los tendidos de sol se escucha el silencio...Padre nuestro que estás en los cielos...Y repite naturales y enlaza con los de pecho, aplaude la plaza entera, mira el hombre a los tendidos y el orgullo mata al miedo. Vamos ya torito bravo y mira...No te tengo miedo. Y en la raya de la plaza la luz ya va cayendo, ya va mandando la sombra, el sol ya se va muriendo. !Eeh!. Toro "colorao" vente "p´acá" que te espero, después otra tanda de aplausos en la plaza se está oyendo.
!Ha llegado el tiempo amigo,! la muerte es lo primero, luego vendrán los laureles y serás tú compañero, quien me lleve hasta la cima y por eso yo te quiero. Y se perfila a matar y lo mira como en sueño. Pero luego en el embroque, algo se metió en su cuerpo... No te apures compañero, al toro dijo el torero, porque hoy muero contigo y en el cielo yo te espero.
pepa herrero
jueves, 4 de agosto de 2011
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