Dos caracoles un día...Así empezaba la fábula, el cuento de los dos caracoles que quisieron enzarzarse para ver quién era más veloz y buscaron como juez de su carrera a la inteligente tortuga, que les puso los pies en su sitio...Antes de echar a correr, mirad si podéis andar.
Aunque alguien pueda pensar que soy agorera, si vais paseando por la "Coveta" hacen falta buenos pulmones o tiempo y lo último, es de lo que yo dispongo. Se pueden contemplar ruinas (no romanas) deseos rotos por el tiempo (la crisis) con unos tristes ripios que sus dueños les dejaron, pensando que un día podrían pasar a la posteridad...Se vende Tf...Oportunidad Tf...Por regreso a mi país urge vender Tf...
Allí, allí se quedan esas tristes tumbas, allí fueron enterradas tantas ilusiones...La lucha, el trabajo, el ser alguien y poder triunfar demostrando que "yo si que valgo." Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar...Pero aquellas que se fueron...
Si un día me tocan los ciento ochenta y cinco millones (premio máximo de la Euro millonaria) me los gastaré en construir un templo en homenaje a la soberbia, a la estulticia de la gente que antes de poder andar, tiene que demostrar de lo que es capaz de correr. Mi templo a la miseria humana, no tendrá ni nombre ni nombres, sólo tendrá olvido para los grandes del orgullo y amor a la vida. Lo que me sobre de la tontería del templo (que será casi todo,) servirá para ayudar de la misma forma anónima a las personas que necesiten ayuda. Podéis ir en paz.
pepa herrero
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