Cuando menos te lo esperas, se te ocurre escribir de un tema, que por el tiempo, ya tenías olvidado en el baúl de la memoria y mira por donde, parece que la vida, se pone de acuerdo contigo, para que de los que te has acordado, que tenías allí y que ayer se te ocurrió nombrar, hoy salen de nuevo a la luz y de nuevo son actualidad. ¿A ti, no te ha pasado? Ayer domingo, nos fuimos de nuevo a pasear por "nuestra zona de las setas" donde hacía algo de tiempo que no íbamos, el paseo por el bosque, era obligado y visitar el claro donde descubrimos la gran masa de setas (no comestibles) donde hace unos años vivimos aquella interesante historia. ! Qué bonito estaba el monte y que bonita la zona! las setas empiezan a empujar a la tierra montañesa, pidiéndole sitio a la vida donde poderse colocar, los sueños y las fantasías, empiezan a brotar en sus mal trazadas calles, ¿en qué pensarían esos extraños seres? cada uno de ellos hace su casa en la seta que mejor le cae, sin mirar si sus vecinos, se orientan al Norte o al Sur.
La verdad es que no esperábamos encontrar a nadie y a nadie encontramos, pero si se acuerdan de la climatología de ayer verán el aire hablando con su murmullo, a quien le quiere escuchar y contando unas mentiras a las personas inocentes, que cuando en sus casas a solas, piensan en lo que les ha susurrado el viento, se dan cuenta de lo grandes que eran, prefieren en sus subconscientes, olvidar todo lo que les ha dicho el viento.
Al parecer y aunque es un poco duro de oído, el viento se dirigió a mi marido y le hizo creer que tenía algo importante que decirle y le pidió que le acompañara al pequeño barranco que hay al Norte del claro de las setas, me cogió mi marido de la mano y me pidió que le acompañara sin hablar y así lo hice. Al llegar a la zona del barranco, de nuevo alzó el viento la voz y nos dijo. Aunque habéis roto el juramento que les hicisteis a los “Minset” y habéis hablado de su pueblo, aún recuerdan como les salvasteis la vida el día de la tormenta y quieren confesaros un secreto. El viento en un vaivén vertiginoso casi nos levantó del suelo, pero acariciando mi mano dijo, el pueblo hoy tiene un gran problema y os piden que les ayudéis, para evitar ser destruidos…Uff qué hora es…Mañana más.
Pepa herrero
lunes, 19 de septiembre de 2011
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