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jueves, 20 de enero de 2011

ASÍ CONOCIMOS A "NUCA" 2ª PARTE

Mi hermana “Malena” que en realidad se llama Libertad, vive desde hace muchos años, en la urbanización “El Palmeral” lindando con San Gabriel y con los palmerales de la fábrica del aluminio.
Siempre que podemos, le hacemos la visita a mi hermana, a su marido y a la perrita “Laila,” Bichón maltés que le trajimos de Benidorm, antes de venirnos a vivir a Alicante.
Por las cosas del azar, llegó a esta urbanización, la moda del Yorkshire enano de la mano de unos vecinos, amantes de esta raza. Los vecinos de mi hermana, compraron el segundo cachorro más pequeño de una camada, hembra, a quien de nombre, le pusieron “Nuca.” Según la libreta de identidad de esta fiera, su peso de adulta, es de ochocientos gramos. Se crió con una manada de tres niñas, de las que pronto se convirtió en la líder, llegando a amedrentar, a las tres niñas, a la madre y al padre, que veía como la fiera, trataba de morder a las niñas y con cuanto miedo, las niñas la tiraban al suelo, como único medio de defensa.
Mi marido, era amigo de la raza de los pastores alemanes y cuando nos cruzábamos en la zona con “Nuca” y con su dueña holandesa,mi marido se reía, la perrita, nos saludaba tumbándose, haciéndose “pis” y lamiéndonos las manos. Esto duró hasta el día en que la familia decidió emprender un viaje hasta Holanda, no sabiendo que hacer con el malvado animal.
Crreo, que la solución, serrá dejarr la perrita a Malena y que a su vez, se la deje a su herrnana y a su marrido, dijo la señora holandesa y “pensat y fet”. La perra, junto con el muñeco perrito, que servía de hijo y de novio de la perrita (según en qué tiempo) fueron a parar a casa de mi hermana. Y mira qué casualidad, ese día sin contar con mi marido, me entraron ganas de ir a ver a mi hermana y ¡oh! Sorpresa, allí estaba todo el lote: perrita, novio, hijo, cama…y por si fuera poco, un paquetón de bolas de pienso tan grandes, que a un pastor alemán, no le cogían en la boca.
Yo, le sugerí a mi marido, que nos la podíamos llevar a casa, mi marido, dijo que nanay. Mi hermana, por la que mi marido, siente un cariño especial, porque dice que es mejor, que si fuera nuestra madre. Le pidió que me dejara llevarla a casa y así, le haríamos un favor a ella ya que “Laila” tenía celos de “Nuca” no le quedó a mi marido otro remedio que ceder ante mi hermana y allí que nos fuimos con el lote, que nos tocó en suerte (que suerte tuve) pasó con nosotros veinte días, como si nunca hubiera vivido en otro sitio. (Como se hizo querer…)
Cuando mi marido, supo que la familia había venido de Holanda, cogió el “paquete entero” y lo devolvió a su remitente, luego, cuando íbamos de visita a ver a mi hermana, siempre pasábamos por la casa de “Nuca” y venía con nosotros y con “Laila” a pasear por detrás de la fabrica del aluminio, cosa que se convirtió en nuestra obligación permanente, hasta que llegando las navidades, la familia, volvió a marchar a su tierra, con el resultado de que “Nuca” y sus pertrechos, vinieron de nuevo a casa durante dos meses más, tras los cuales, mi marido, procedió de nuevo a su devolución…y ¡Oh! Sorpresa de las sorpresas.
A los quince o veinte días, recibimos una urgente llamada ¡VENID RAPIDO…”NUCA” SE ESTÁ MURIENDO! Dios, ¿qué dicen? ¿Qué le pasa? Más rápido, no pudo ser, a los diez minutos y con los ojos llorosos, mi marido y yo, estábamos en casa de “Nuca.” La perrita, estaba acostada en su camita y su lomo, era una llaga de gran tamaño, que la mala bestia se había hecho bocado a bocado.
Nos trajimos a la perra y al día siguiente, la llevamos al veterinario, quien después de reconocerla y de llenar de polvos su herida de guerra, nos dio el diagnostico. ¡Esta perra, tiene "Pepitis" y no quiere estar en otra casa, así que o bien os la quedáis y le ponéis polvos todos los días, o la perra, se muere.
Post Scriptum: durante diez años, fuimos los esclavos de esta malvada, de quien por mucho que digamos, no nos podremos acercar a referir todas las perrerías que nos hizo.
Pepa herrero

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