No voy a decir muchas de las ideas que allí se expusieron, unas por imposibles, y otras por inaceptables (somos gente de paz) y no queremos usar la fuerza (aunque pudiéramos) pero la solución, no llegaba y la hora de irse cada mochuelo a su olivo, estaba al caer, Dios mío ¿es tan difícil? Los nervios se iban soltando, sobre todo entre los más ancianos y los que por cercanía a tan indigno vecino, tenían miedo de llegar tarde a sus casas. La más prudente por el momento, aunque nadie tenía idea de cómo llevarla a cabo, era tratar de meter al susodicho señor en una jaula y trasladarlo hasta un punto muy lejano, donde por no haber ningún vecino, se las pudiera valer por el mismo, sin molestar a nadie, pero ¿quién es capaz de ponerle el bozal al perro? ¡No! Había que buscar otra solución más asequible, en la que pudieran participar todos los vecinos, o morir en el intento, ya que si no se le daba la solución idónea, todos los vecinos, corrían con la misma posibilidad de terminar en las fauces, del siempre hambriento vecino. Como suele suceder en estos casos, la reunión no daba resultados positivos y la hora, cada vez se hacía más peligrosa para nuestros queridos y respetuosos vecinos, por lo que doña Ardilla Veloz, asumiendo su responsabilidad y velando por la seguridad de sus convecinos, trató de dar por terminada la reunión, pero sus convecinos, no estaban por la labor y dijeron que no saldrían del salón de reuniones y correrían riesgos innecesarios, hasta haber dado con la forma de acabar, con las malas maneras del peor de los vecinos que nunca habían tenido. Doña Ardilla, estaba de acuerdo, porqué al ser la vecina más cercana, era la que más riesgos corría, quizás por eso su mente, era la que peor funcionaba y no era capaz de aportar ninguna idea y con tal de salir del atolladero, las que aportaban los demás, todas le parecían bien.
Tras mucho tiempo de reflexión, pidió la palabra don Periquito Tontolón, que se escapó de su jaula, porque se la abrió un ratón y desde entonces, vive en esta comunidad y con todos los vecinos trata de “pegar la hebra” cuando la presidenta, le concedió la palabra, dijo el bueno de Tontolón.- En el bosque de los “Minset”, está el viejo hechicero, si él quisiera ayudarnos (y creo que querrá) sobre todo si le llevamos una buena botella de “Janta” que es su bebida favorita. Como dice mi marido “pensat y fet” después de llevarle al viejo hechicero la foto del malvado cocodrilo y después de hecho el hechizo, como por arte de magia, el panorama cambió, le dio la vuelta a la foto y en ese mismo momento, en olivo se transformó. Ver foto.-FIN
Pepa herrero
martes, 18 de octubre de 2011
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