Aunque la catifa aguanta todo lo que le echen (de carga) y nuestro “Ximet” es ya un avezado piloto, yo creo que llevábamos carga de más, subiendo por el Portichol hizo alguna que otra falsa explosión, pero el piloto nos dijo que no nos preocupáramos que eso era por el tiempo que hacía que no se ponía en marcha, sin más contratiempo llegamos a la bassa del Moro y allí estaba nuestra amiga que por cierto y sin ánimo de ofender “Ximet” se dio cuenta que desde que no va al gimnasio, a “la Mary” menudo culo se le ha hecho…Pero bueno niño…¿Tú de qué vas? Más respeto con las personas mayores o te lavaremos la boquita con jabón del lagarto.
Con la sobrecarga a cuestas, nuestra catifa voladora no pierde su gracia, nuestros uniformes de combate con sus cintas al viento hacen que la tarde reluzca, con todas las luces que sólo un mes de Octubre es capaz de pintar y nuestros amigos mientras, vuelan y cantan esperando entrar en combate con los enemigos de nuestros amigos, retumba el himno en el aire…GLORIA IN EXCELSIS DEO…Y al pensar en librar de los opresores a nuestros amigos, el nuevo pueblo de los “Ejemmiban” o sea el pueblo feliz que salió de resultas de la unión de los ”Minsets” y de los “Lamamis” todos cantamos satisfechos, aunque los que mejor entonan, son los de la escuadrilla de “gorriones asesinos.”
Nuestra llegada al campamento, pareció que había resuelto todos los problemas de nuestros amigos, pero NO, no se puede poner a los bueyes antes que al carro y una vez escuchado el problema que tenían planteado no era pequeño (para mí, era más bien asqueroso.)
Cuando “Peluda” y “Malyó” se vieron rodeados de toda su prole, al momento, se dieron cuenta de las malas intenciones que estos niños traían hacia sus papás, las ciento veintisiete criaturas que mamá “Peluda” trajo al mundo y debido a la “gran crisis,” habían decidido comerse a sus papás para colaborar en el ahorro del gobierno de turno y no tener que pasar por la vergüenza de no poder pagar la cesta de la compra. “Malyó” utilizó la técnica de, si no puedes vencer al enemigo, únete a él. Y el muy taimado les habló de cosas bonitas, les hablo de unos personajes que vivian muy cerca de donde ellos habían comprado la primera tela de araña donde tan felices habían sido, hasta que aquel maldito banco hizo ejecutar la hipoteca con el resultado de tener que abandonar su idílica morada y viéndose avocados a vivir aquella miserable vida que ellos conocían pero que muy pronto, volverían a ser los de antes. FIN DE LA 2ª PARTE
Pepa herrero
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