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martes, 1 de junio de 2010

DE COMO LE CONOCÍ 1ª PARTE y penúltima...

Aunque les pueda parecer un poco tarde. Si es que alguien, leyera estas humildes historias, del que he dado en llamar "mi gorrión". Quisiera contar, con todo respeto y con todo el cariño del mundo, (aunque alguien, pueda pensar, que esto, no puede ser cierto, más que en la mente de quien lo escribe.) Al regresar aquella tarde, muy cansada de la Universidad, me encontré a mí marido, que de forma misteriosa, me trataba de llevar, hacia el cuarto de baño. Sin poder hacerme una idea de lo que me trataba de mostrar, con sorpresa vi que al señalarme hacia lo alto de las cortinas del baño, algo que al principio confundí con una rata, se movía, dandome un gran susto. Y el miedo, me hizo salir corriendo del baño. Mi marido salió detrás de mí y tirando de mi brazo, y haciendome guardar silencio, poniendo su dedo índice sobre sus labios, me enseñó, que el motivo de mi aprensión, no era otra cosa, que un joven gorrión, que desde lo más alto de las cortinas, me llamaba, con sus trinos desenfadados, como si fuéramos antiguos amigos. Pero como en el circo, luego vino el más difícil todavía, mi marido, me pidió que con los labios, le hiciera un buche, donde el gorrión pudiera beberse mi saliva. Mi asombro no tenía límites, al ver que desde lo alto de las cortinas, como si yo fuera su madre, venía a beber mi saliva, como si fuera, agua del manantial. Acercando mi mano el pequeño animal, se subía a ella y de ninguna manera, quería bajarse de la misma, hasta que dándole impulso, lo obligaba a salir volando y siempre iba a parar, encima del mueble más alto.

Algo muy simpático, sucedió, y es que a la hora de comer, el animal, no tenía preferencia por nada, lo mismo comía lentejas, que migas de pan... la ensaladilla rusa, le encantaba, también las patatas fritas. Las frutas, eran delicias para él. Pero si después, había helado, el día era redondo y casi sin fuerzas, después de semejante atracón, remontaba el vuelo hasta el sitio más alto de la casa. O bien, se situaba encima de la televisión, donde se quedaba dormido al calor de los programas de la tarde...PERO...fin de la penúltima parte

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