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lunes, 27 de junio de 2011

DOCE ROSAS, DOCE BESOS


DOCE ROSAS COCE BESOS
Juana era luchadora, su gran ilusión fue un día en compañía de su socio, poder montar aquel negocio que desde niña, cuando empezó a trabajar en el bar de su padre, soñaba que montaría, para así perpetuar la memoria de aquel padre, que siendo tan niña, le permitió trabajar codo a codo con él, aprender los secretos del buen servicio y como no, no dejarse engañar por los que día a día venían a vender sus productos. También, la enseñó a madrugar, para ir al mercado y siempre le escuchó decir "el mejor plato, siempre ha de ser, la mejor calidad."

Ahora, que con su trabajo, ha logrado juntar una pequeña fortuna, se ha decidido montar esa fantasía suya. Y ya se ve aclamada por esos clientes contentos y satisfechos, después de haber satisfecho su apetito con las sabrosas viandas que Juana, con todo su amor profesional les ha preparado.

Las obras, ya están adelantadas y pronto se inaugurará el local. Los nervios, dominan a la pobre Juana, todo tiene que salir bien. Va a ser un gran éxito. Todos mis amigos, van a asistir. Mi socio ha ido con todo el dinero que nos quedaba a comprar los muebles y algo de bebida (sobre todo para la inauguración.) que orgulloso estará mi padre, a él le reservaré una mesa y le pondré un ramo con doce rosas y le daré doce besos, por permitirme, que a los doce años le empezara a ayudar y así, me hiciera tan feliz.

Después de esperar a su socio durante una semana, le ha llegado a Juana una triste noticia. Su socio, el amor de su vida, el hombre a quien amaba sobre todas las cosas, ha sufrido un accidente con el coche en el que viajaba y él ha aparecido a dos kilómetros del lugar del accidente muerto. El dinero que Juana le había dado, nunca apareció. Juana piensa que haciendo un sacrificio, podrá montar con el tiempo, el negocio que sea el homenaje a su padre y a su socio y en la inauguración los dos tendrán doce rosas y doce besos.
pepa herrero

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