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sábado, 21 de julio de 2012

HOY LOS VI, FUE CASUALIDAD

Al volver de hacer la compra, algo vi en el balcón, que llamó mi atención, parecía como si todos los gorriones del barrio, se hubiesen dado cita, o tuviesen un concierto en mi alfeizar, despacio y sin hacer ruido, me acerqué con toda prudencia, el escandalo era mayúsculo, aunque a muchos gorriones (y gorrionas) ya los conocía del barrio, a otros, era la primera vez que los veía, unos cantaban alegremente, otros miraban como cantaban a coro y mientras tanto, un grupo de jóvenes gorrionas, parecían tener cercado a un lindo gorrión, que con ojos espantados, miraba el ir y venir de su padre, de un nido a otro. El gorrión Roberto, es hijo de Pixi, mi gorrión. Y aunque paso muchas temporadas sin verlo desde que se quedó viudo, casi cada estación, pasa a ver como está su nido y a arreglar si tiene alguna gotera. Al poco de quedarse viudo de su segunda señora, Pixi, empezó a tener relaciones con una gorriona muy acomodada y poco tiempo después, se marchó a vivir con ella, que era propietaria de un magnifico nido-ático en el edificio Olimpo, donde al parecer, sólo vive gente de posibles. La nueva señora gorriona, o no se llevaba bien con Roberto, que por aquel entonces, apenas era un mozalbete, que lo más que sabía hacer, era colarse por mí balcón, cuando yo había salido, llegar hasta la cocina y llevarse en el pico, el mejor manjar que viera. Y aunque la verdad es que no solía repetir muchas veces la jugada, a veces, me llegaba a encontrar con algún plato vacío (en eso, tenía a quien parecerse) cuantas veces amenacé al padre con la escoba y a él lo único que hacía, era darle risa. Cuando pasó lo más fuerte de la reunión y pude hablar con Pixi, le pregunté que había pasado, vi como el pecho se le hinchaba de orgullo…mí hijo, ha terminado la carrera, ya está en edad de contraer matrimonio y ha encontrado trabajo, en el hospigorrión de Alicante, que al parecer, es de los más afamados del reino, todas las gorrioncitas casaderas, han venido a saludarlo y de paso, a dejarse ver (por si acaso) pero Roberto, al parecer, sólo piensa en sacarse titulo de gorrión médico internista y lo demás de momento, al parecer, no le interesa. De momento y aprovechando los calores, el padre y el hijo, se lo han tomado en serio y como si fuera una plaga (antes ya lo han hecho la mitad de los vecinos) se han puesto a acondicionar el viejo nido de mí balcón, a sabiendas de que doña gorriona, la actual pareja del padre, no quiere compañía en su nido-ático, han decidido, que lo mejor, era volver a acondicionar el viejo. Lo primero que les he dicho, es que no quiero grandes plásticos que molesten a los vecinos y les he hablado de mis nuevos vecinos, los Martinez, un matrimonio joven, con una pareja de mellizos, a los que de ninguna manera, consentiría yo que los molestaran, Pixi y Roberto, me han dicho, que puedo estar tranquila, Roberto, es muy responsable y no va a armar ningún jaleo en su nido. Yo le he dado la bienvenida, le he deseado mucha suerte y le he dicho que cuando se instale y esté tranquilo, los días que quiera, se puede quedar a comer con nosotros.pepaherrero

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