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lunes, 2 de julio de 2012

CANELA PURA

La lluvia caía mansamente, la noche era cual boca de lobo, las calles desiertas, no invitaban al paseo, pero cuando las luces del coche, deslumbraron a la pareja, fue como un fogonazo inesperado. La sorpresa se dibujó en sus rostros, el movimiento instintivo, se pusieron a resguardo de los ojos que violaban su intimidad. Canela, no dijo nada al llegar a casa, pensó que era preferible ser discreta y que a nadie le interesaba nada de su vida íntima, quizás si hubiera sido algo más temprano…pero ya el alba estaba apareciendo por el horizonte y sus padres, podían estar preocupados, ella se había marchado de casa, siguiendo un instinto, por el que se habían guiado las hembras toda la vida. Ella no tenía ningún reparo, estaba decidida a todo, dentro de poco más de dos meses, quizás tendría algo nuevo que poder contar, sus expectativas no estaban claras todavía pero ella tenía confianza. Cuando Tino dejo a Canela, pensó que era alguien extraordinario, si ella quisiera, podían ser felices toda una vida, pero…ella era tan independiente…quizás si él se atreviera…pero ¡no! Aquello resultaba imposible y además los padres de ella, no consentirían de ninguna de las maneras. Algo tengo que pensar, para Tino, lo suyo, no había sido sólo una noche de desenfreno, él estaba enamorado y lo demás no le importaba. Pensó que lo mejor, sería ir a ver a su amigo Mercos, Mercos ya era mayor y tenía mucha experiencia, se contaba en el barrio, que en tema de amores, lo que no supiera Mercos, no podía saberlo nadie. Tino desandó el camino que había hecho, pensando que quizás era mejor, saber lo que hubiera hecho Mercos, para él poder tomar una determinación. A Canela, ya le faltaba poco tiempo, su estado ya se notaba a simple vista, pero ella nunca pensó en ocultarlo, tal vez, a sus padres el primer momento les resultara raro, pero la verdad era que no era nada raro y cuando se vio con Tino, no le quedó la menor duda, de que no le importaría que él fuera el padre de sus hijos, ella desde siempre, había deseado ser pareja de Tino, pero el miedo a su familia y a lo que pudieran pensar de ella, siempre la hizo mantenerse lejos de ellos. El parto, fue de lo más normal, a las seis y media de la mañana, se presentaron los dolores del parto, no hizo falta llamar a la comadrona, nada más empezar, parió a René, dos minutos después, llegó Frida y en su carita, tenía la misma resolución que su madre siempre había tenido. Un momento después, nació Cocó. Los tres perritos yorkshire Terrier llegaron perfectamente, nadie se dio cuenta, hasta pasadas las ocho de la mañana, ese tiempo, lo pasó Canela lamiendo a sus tres hijos y dándoles todos los consejos, que siempre había pensado que les daría. Cuando Tino se enteró de la grata noticia, el gran ramo de rosas que compró a Canela, sirvió para tapar las lágrimas que sus ojos habían derramado de alegría, ya nunca se separaría de Canela, ni de sus tres hijos, la vida le sonreía, encontraría un trabajo y sería el padre más respetado del barrio. Que bonito es el amor. pepaherrero

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