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domingo, 6 de octubre de 2013

¿A DONDE?, ¿POR DONDE?, ¿CÓMO?, ¿CUANDO?

Y así pasan los días, y yo desesperando y tú…tú contestando ¡quizá!, ¡quizá!, ¡quizá!. Al parecer ya han abandonado los trabajos con el gas en las profundidades de la mar Mediterránea, ya pueden dormir tranquilos los pobres peces de la zona, pero ¿y los vecinos desde Valencia hasta Tarragona, podrán dormir igual de a gusto que antes de empezar con unos trabajos que a ellos no les ha reportado ningún beneficio, pero si horas de angustia y de miedos varios?. Cuando mi vecina doña Pascuala, que en su juventud además de ser maestra de escuela, había trabajado en “nosequé” oficina, se enteró de lo que estaban viviendo los vecinos del Papa Luna, enseguida trató de relacionarlo con un caso ocurrido durante su juventud y por el que tuvieron que guardar secreto bajo juramento, pero al parecer, muchos años después. Todavía se seguían notando las consecuencias. Cómo su imaginación no tiene límites y además está sola en casa, para que no se le marche la audiencia, a veces, se pone a contar historias, que a mí me ponen el bello de punta, pero a la gente, le gusta escucharlas, más si están tan alcance de la memoria cómo lo acaecido en tierras de Lorca. Mire usted doña Pascuala, si por alguna de las cosas de la vida, lo de Lorca tuviera algo que ver con lo que está pasando en nuestras costas, ¿no le parece que algo se hubiera sabido? ¿O es que usted cree que entre los unos y los otros, no se hubiera quedado alguno con las vergüenzas al aire?... y es que con tal de que la escuchen, a usted, no le cuesta nada mezclar las churras con las merinas. Mira pepaherrero, tú dirás lo que quieras, pero es…!!Que nÓ!! Y no me toque más las narices, doña Pascuala, lo que usted trata de decir, es muy gordo y no estando segura de lo que dice, no puede ir por la calle levantando falsos testimonios…pero pepaherrero…es que…!!Ni es que, ni es cá!! No me gusta que usted vaya pregonando lo que ni sabe ni le interesa saber…¿Usted sabe lo que yo haría si me vinieran a contar las cosas que usted cuenta y mis hijos estuvieran durmiendo donde alguien había puesto una bomba de mano?...pues eso, así que déjeme usted en paz y vaya a que el cura le dé su bendición, si es que usted se la merece, pero por cotorra y por incordiadora, no creo que se la diese, ni el Papa Francisco en persona, así que ya lo sabe…y al que pretenda hacer eso con la flor de mí entraña, le pongo el pie en el pescuezo, lo mismo que a una alimaña. pepaherrero

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