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jueves, 3 de octubre de 2013

LA VIRGEN DEL PILAR DICE...

…Y no es que lo diga ella sola, a ella los petardos no la asustan, es un grito que cada día se hace más potente y no sólo se escucha en la Catedral de Zaragoza, se escucha en el corazón de los españoles de a pie, retumba en las paredes de las catedrales y cómo el viento del huracán, su silbido espeluznante se repite incansablemente, sólo los necios, sólo los sordos, sólo los que han vendido sus conciencias por un puñado de oro, no se dan cuenta que son muchos a robar y sólo un pueblo a aguantar. Se cuenta…!No! yo no me lo creo, se cuenta que un Juez del C.G.P.J. ha nombrado cómo secretaria a su hija. Me imagino la alegría de la joven, cuando su querido papá le diera la noticia…que vas a ser m…i secretaria, después de pasado el susto, abrazaría a su progenitor y después de darle mil besos, llegaría a pensar lo feliz que su padre la había hecho. Entiendo los sentimientos filiales y comprendo que pensará, que su papá, es el mejor papá del mundo. Eso lo comparto. Lo que ya no tengo tan claro, es que alguien en esas alturas, sea capaz de pensar que por estar tan alto pueda hacer lo que le venga en gana. El viento silva y lleva su triste nota por todas las calles del país, retumba en los oídos de las gentes y llena sus corazones de rabia. El viejo Tomás, a pesar de estar desahuciado por su cáncer, estaba orgulloso de que su hijo hubiera terminado la carrera con premio especial, pensaba que gran futuro se abría delante de aquel hijo, la Física para él no tenía secretos, aquel centro sanitario, esperaba con calor la llegada del nuevo Doctor Serrano y el nuevo doctor llegó a tomar posesión de su trabajo y dispuesto a dar de sí todo lo que llevaba dentro. La visita al director, lo dejó un poco frio, él pensaba que iba a empezar por hacer su trabajo, aquel por el que había estudiado día y noche, aquel que era el motivo de su orgullo y el de su padre, pero al salir de aquel despacho, un chorro de agua fría había matado sus ilusiones, habían suprimido las ayudas y no tenían trabajo. Habían pasado dos meses, Tomás ya no tenía problemas con nadie, el cáncer se lo había llevado a recorrer las verdes praderas de la otra vida. El Doctor Serrano, ahora era ayudante de cocina en aquel restaurante de Londres, sus sueños de joven enamorado de la vida, se quedaron en aquella callejuela, donde se vio obligado a poner la mano suplicando una moneda y en la que durmió hasta que alguien le consiguió aquel duro trabajo…la virgen del Pilar, puede decir lo que quiera, pero si me sale aquel trabajo en el laboratorio de París, me hago francés para siempre. pepaherrero

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