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domingo, 27 de mayo de 2012

DON GABRIEL MIRÓ, LA PALOMA Y YO

No me gusta hablar mal de nadie y menos, si lo puedo evitar, pero a veces la sangre se me sube a la cabeza y tengo pensamientos asesinos, por la mañana “muy tempranico”. Nos ha dejado el autobús y como buena asociada, he ido a hacer “bulto” a la plaza de Don Gabriel Miró, plaza llena a rebosar por artistas pintores, unos buenos y otros mejores, pero todos dignos de mi aprecio y admiración. La primera parte de la visita, conlleva la visita uno por uno de todos los compañeros, después de dar los buenos días al señor secretario, que en sus funciones de tal, anotaba en su cuaderno de bitácora, las incidencias que la calma chicha de la mañana, al entrar a la plaza procedentes de la calle San Francisco, al primer Artista que nos encontramos es al maestro Serralta, quien al dar el segundo brochazo, ya había descubierto el ánimo de su pintura, ya el paisaje era un hecho, la vuelta se realiza con la dirección de las manecillas del reloj. Don Ramón Rodriguez, ya tiene más que embastado su cuadro de un rincón de otra bella plaza alicantina, Juana, según mi marido, está pintando cuatro nenúfares en un gran lago, pero entre Juana y yo, logramos convencerlo de que se equivocaba, el de los nenúfares, era el temido Francisco y digo temido, por que luego, va y lo casca. Sigue la inspección y le toca el turno a Olga, la dependienta-presentadora-vendedora de la gran exposición de todos los compañeros, allí montada. Luego saludamos al maestro Rosend Franch, al que mi marido no dejó trabajar ni un momento, yo seguí la visita sola y llegué hasta los dominios de Jaime Iborra, que hoy nos ha privado de la visita de sus sobrinas, etéreo como un suspiro, incansable en su empeño y con su amada Lucía, nuestro especial Gerónimo, mitad al sol y mitad a la sombra, daba vida a otra genial obra, los Roca-Sansano y la zona de los pasteleros…como se nos pasa el tiempo, que felices estamos y que corto se nos hace, recorremos la zona de las monitoras con sus jóvenes alumnos, algunos de los cuales, ya apuntan maneras y quizás mañana serán nuevos genios de la pintura. Y en rincón de la derecha, dos nombres de rompe y rasga, el maestro Luján dando su sombra al maestro Llorens Ferri y que queréis que os diga, ya de regreso a la sombra de la mesa presidencial, el maestro de la Cueva y el rien va plús del pastel, el maestro Barceló, ya terminando la vuelta de nuevo con las monitoras, esta vez con María Llaves y con Mercedes (la única, la mejor) Mercedes Seara y en aquel pequeño rincón del alma, una sonrisa, una criatura llegada del frio, la sin par Anastasia, un rato de charla con el maestro Bermejo.(Por cierto¿ cuantas personas le pidieron información, para hacerse nuevos socios….je...je) y a tomar un café a petición de quien sólo había tomado fruta, Anastasia. Aquí vuelvo al principio y a mis ansias asesinas. Y no es que no las quiera, las veo dulces, atrevidas y simpáticas, están allí para recordarnos que no estamos solos en el mundo, que también otras especies, cuidan de nosotros, pero yo creo que esto es pasarse, pues resulta que después de tomar nuestro café, aquella malvada palomita blanca, no se si en venganza por no haberle dado parte del desayuno, en lo alto de mi hombro y en el centro del camal de mí pantalón, ha dejado “su recuerdo” en forma de mi…educación, me impide pronunciar el nombre del recuerdo, pero toda la ropa ha tenido que pasar de nuevo por la lavadora y yo, por la ducha. Y desde el cielo, Don Gabriel nos miraba a todos, con su sorna alicantina, a veces comentaba con sus amigos los ángeles del cielo. ¡No hagáis caso, son como niños! Y mirando a la simpática paloma, reía y reía cogiéndose su dolorida rodilla. pepaherrero

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