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jueves, 3 de mayo de 2012

...Y LA HISTORIA CONTINÚA

A las cinco de la tarde, ya estábamos en la asociación. Don Carlos Bermejo no se demoró ni un solo instante para abrir la puerta, mi marido encontró un sitio donde aparcar y llegamos los primeros y como dice el dicho, a quien madruga, Dios le ayuda, con poca prisa y con mucho cariño, fuimos descubriendo la obra de ese amigo pintor, el maestro “Saorín”…y decía la hermana Visitación, si no me doy cuenta, abro el cuadro y cojo una botella, a lo que le responde mi marido…y luego se va a la calle, subiendo por esa escalera. Y es que ver la obra del maestro, es entrar dentro de esas viejas casas y ensuciarse del polvo, de la pintura desconchada y de las telarañas, que más parecen reales que pintadas, claro que en eso consiste el arte. Van llegando las personas y Don Carlos Bermejo, sale a recibir a su querido hermano, quien no se ha olvidado de nosotros y nos saluda y le saludamos con todo agrado y recordamos aquella noche del verano, que todavía perdura en nuestro recuerdo. Al poco suena mi teléfono, es la hermana Visitación, diciéndome, que ya se encuentra en la estación, viene acompañada del artista oriolano Don José Sánchez Girona y su hijo, mi marido sale a su encuentro y los espera en la puerta del Corte Inglés, allí se le une Belén Estevan y al momento, están en la asociación, rodeados de pintores, que con cariño, admiran la obra del artista que el hijo va enseñando a todos los que quieren verla (que son todos) y así sin darnos cuenta, a las seis y media, Don Ramón, el Deán de San Nicolás, ya está subido en el “pulpito” dirigiéndonos la palabra y presto a bendecir las instalaciones nuevas, eso sí, con poca agua, para no aguar las pinturas. Después de una bonita charla y prometiéndonos venir de vez en cuando a admirar el trabajo de los artistas, llegó la hora de las fotos y ¿como no? No faltaron las hechas con la hermana Visitación, de la que es “viejo amigo”???? La tarde sigue inexorable, ya no cabe nadie en la sede y el calor va haciendo de las suyas, pero pocos son los que se deciden a salir a la calle a tomar el fresco, todos como marujones queremos saber el ¿ahora qué? Y de allí no se mueve nadie. A las siete en punto de la tarde y con su gracia chispera la señora Alcaldesa, hace su aparición y entre un rosario de besos y abrazos, se dirige a firmar en el libro de honor de la asociación, Don Juan Antonio Poblador, vestido de oro y Malva, cual maestro de ceremonias, hace los honores a la Alcaldesa y momentos después, ambos salían a saludar desde los medios. Empezó Don Juan Antonio y les hizo ver lo que allí había. Y les contó como entre él, Don Carlos Bermejo y una hormiguita a la que todos conocemos por Rafa Estela, habían llevado a cabo una obra de titanes y que hoy ponían a disposición, tanto de autoridades, como de todos los artistas asociados. Muchas cosas más, muy dulces, (como los que después se sirvieron) sucedieron a lo largo y ancho de la tarde y eran más de las ocho, cuando mi marido, se dirigió a la señora Alcaldesa y le preguntó, si es que no la dejaban marchar, a lo que ella muy pizpireta le contestó que no…pero es que se encontraba tan a gusto…y siguió repartiendo besos y abrazos. Ya se van marchando los foráneos, la hora de su tren va llegando inexorable, si no lo veo, no me lo creo, con lágrimas en los ojos, se despiden de sus nuevos amigos y piensan que bien les ha valido la pena, hacer el viaje y se comprometen a volver de nuevo y les despedimos con el abrazo de despedida y les decimos que vuelvan pronto que esta su casa la tienen siempre abierta…adiós, adiós…es Cerdán Gironés, es la hora de marcharse, pero tampoco tiene prisa, a mí los pies ya me queman y como no aguanto más, yo aquí me despido. Pepaherrero

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