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sábado, 18 de agosto de 2012

LOS MINSET Y EL ODIO

Vivieron durante muchos años, tantos, que varias generaciones de Minset, no conocían la guerra, cuando fundaron su pueblo allí en el bosque de las setas blancas, los antiguos pobladores, sabían que mientras hicieran bien su trabajo y se llevaran bien con sus vecinos, la paz, estaba asegurada. Al principio vivieron de las frutas salvajes, luego la dieta fue cambiando con el tiempo, los campos, empezaron a agostarse y tuvieron que practicar tanto la pesca como la caza. Otras generaciones de Minset, aportaron la idea del trabajo en grupo, aprendieron de los pueblos de los alrededores y la magia de los juguetes, pronto llegó hasta el pueblo Minset, debajo de aquellas setas blancas, grandes fábricas de juguetes nacieron para seguir dando vida a un pueblo trabajador y organizado. Mientras la mayoría trabajaban construyendo los juguetes que luego vendían y se convertían en el alimento de todo el pueblo, otros se dedicaron a limpiar el bosque, con lo que evitaban que se produjeran incendios, o que las lluvias, no arrastraran las ramas de los árboles, causando daños en el pueblo. Otras brigadas, eran las responsables de la intendencia, a nadie le faltaba la comida y en algunos casos, los medicamentos que aunque de forma muy especial, algunas veces llegaban a necesitar, mantenían la limpieza del pueblo y eran los encargados del buen mantenimiento tanto de las obras del pueblo, como de las casas particulares, no había ni una sola seta, que no estuviera debidamente enjabelgada, el pueblo Minset, brillaba a la luz del astro sol y era un referente en las líneas aéreas, que al ver la blanca y deslumbrante luz, pronto fijaban el rumbo hacia las tierras madrileñas, si hubiese habido un faro, quizás nunca hubiese alumbrado tanto, como lo hacía el pueblo Minset. Los tiempos son cambiantes y donde antes se conocían todos los Minset, hoy han llegado las gentes de otros países y costumbres, los Minset, son un pueblo abierto y han derrochado todo su amor entre estos inmigrantes, que al olor del trabajo de los Minset, pensaron que se podrían ganar la vida, todos llegaron dispuestos a luchar, a trabajar y a hacer más grande el pueblo Minset, pero entre los trabajadores que llegaron dispuestos a seguir haciendo grande al pueblo Minset, llegaron otros, que amparándose en el trabajo, pretendieron dedicarse a que los demás trabajaran, mientras ellos se convertían en los administradores del trabajo, del pueblo y del dinero ganado con tanto sudor. A partir de ahora, nadie más va a explotar al pueblo Minset, dijo aquel señor de grandes manos, a partir de ahora, vamos a implantar lo que se llamará, el impuesto añadido y esto señores, será a partir de mañana y sobre el trabajo realizado por nosotros, quien quiera disfrutar de nuestros productos, tendrá que pagar el treinta y dos por ciento del precio inicial. ¿y por qué, el treinta y dos? Preguntó Asiel. Al pobre Asiel, la guardia pretoriana de los nuevos dueños del pueblo, dieron una gran paliza, lo llevaron a juicio y fue condenado por intento de sedición ¿sedición?. Si, sedición. Y a partir de ahora el que no esté conforme con las nuevas leyes, será condenado y sus bienes serán expropiados y la justicia será la que se haga cargo de ellos. Nadie estuvo de acuerdo, pero por no enfadar a los nuevos amos, callaron, callaron y callaron. Subieron todos los impuestos, el trabajo, como en otros pueblos lo hacían a precios más competentes se marchó abandonando a los pobres Minset. El verdadero pueblo Minset, se sintió avergonzado de que los nuevos dueños de su pueblo, no fueran capaces de buscar un trabajo para que todos pudieran vivir, el tiempo que antes ellos pasaban trabajando, los nuevos amos, lo invertían en darse grandes fiestas, en vivir a lo grande y mientras el pueblo Minset, hacía reuniones entre sí y salían a protestar por la mala administración, los tiranos creían que durante toda la vida, los Minset, les servirían y que ellos serían sus amos…craso error. pepaherrero

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