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domingo, 5 de febrero de 2012

JUANA LÓPEZ: ART AL CARRER

La mañana prometía, ¿se habrá abrigado Juana? ¿Mira que con lo que está cayendo? El Xsarita Picasso se deslizaba camino de San Vicente y al cruzar la carretera de Valencia a la altura del Hospital de San Juan, parecía haber calmado un poco el frío que hacía al salir de casa y mi marido, muy jovial él, me dice, ¡va a tener suerte, ha salido el sol y no hace ni pizca de aire! A los tres minutos sin contar, nos encontrábamos aparcando en la calle General Ibañez esquina a Blasco Ibáñez ¿serían familia? Bueno el caso es que al salir del coche, nos pareció que habíamos sido muy benévolos con el tiempo, mi marido se puso los guantes de andar por el coche y yo me tuve que tapar bien. Al llegar a la Avenida del cuchillo (el nombre, se lo pusieron los Franchutes en tiempos de Napoleón por el “biruji” que allí cae, pero nada nos podría arredrar, íbamos en busca de la mejor pintora que tiene la asociación, en los matices de la pintura bucólica y no nos defraudó.) Nos encontramos al dúo Juana-Francisco, acompañados del también grande en la asociación Barceló. Antes habíamos saludado a nuestro amigo Iborra y luego les tocaría el turno a otros más, que más valientes que nosotros y sin ningún miedo al frio, todos fueron a arropar a Juana, Juana que es persona dulce y cabal, a todos nos agradeció la visita y Francisco (su amante, que me he enterado) nos invitó a un café de honor, que por cierto nos calentó el alma. A la salida de nuestro café, ya la cosa fue más seria, sería por la hora, o quizás por valentía, pero sin esperar mucho, tuvieron que multiplicase, para poder atender a todos los amigos, que todos provistos de sus cámaras fotográficas, quisieron inmortalizar el momento (a Juana, no hizo falta, con la poesía de su pintura el tiempo, la hará inmortal) y a la chita callando, fueron llegando los gordos. Poblador, Olga, Sehara y no nombro a Bermejo, para no llevarme una colleja, pues aunque ya lo vi tarde, él ya había llegado a las ocho y media, para ayudar a Juana, que es merecedora de ayuda y de halago, por ella y por su marido, los dos volcados en colaborar en el quehacer diario de la asociación. Y después de muchas fotos, mucha alegría, mucho estar a gusto (a pesar del frio) y con pocas ganas de regresar a casa, mira que se hace extraño, estar pasando más frio que Carracuca y encima no quererte ir a tú casa, por estar tan a gusto. Bueno a lo serio, Juana y Francisco, sois dos estupendas personas, que en poco tiempo, os estáis ganando el aprecio y el respeto de mucha gente. La pintura de Juana, con reminiscencias campestres, ¿quizás me recuerda a Correggio, en Leda y el cisne? plasma la dulzura de la artista y pone al descubierto una sensibilidad y un buen hacer, dignos de todo elogio. En hora buena. pepaherrero

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