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domingo, 20 de noviembre de 2011

LLEGAR DONDE NADIE LLEGÓ...

Poder alcanzar las estrellas, mirar el mundo desde otro mundo, pero no mirarlo mucho, para que desde mi altura, no me dé vértigo. Pobres, pobres humanos que no pueden llegar a mi atalaya, hasta donde sólo los dioses se pueden acercar y luego repartir mis bendiciones (las que me sobran) entre esos pobres desgraciados, que si no fuera por mí, no podrían sobrevivir. Cuando mi padre me engendró haya arriba en las alturas y los ángeles celestiales hicieron sonar sus trompetas, una nueva era comenzó. Se abrieron las nubes las estrellas brillaron con nuevos destellos titilantes, y el ágora se estremeció sólo de pensar que un día, vería pasar mi divina persona, yo puedo pisar amigos, yo puedo romper papeles y nadie, nadie, es lo bastante importante, para encontrar mi respeto.
Y no me importa dejar enemigos debajo de las plantas de mis zapatos, un amigo que ya no sirve, es un enemigo en potencia, sólo a quien necesite podrá ser mi amigo…Luego, la nada. Y pasaré por su lado, pero no lo veré. Mi vista estará ocupada solamente en quien me rinde vasallaje ¿es tan pequeño el mundo? Pero ahora que me acuerdo, hoy todavía no he saludado al senador ¿esclavo? ¿Ha llamado su señoría? ¡Son tan importantes las relaciones…! Hoy aun no he salido a la calle ¿sigue girando el mundo? Pide que las palomas no vuelen, manda parar las estrellas y que suenen de nuevo esas trompetas que anuncian mi llegada, quiero visitar a esos diosecillos que allá en el Olimpo piensan que son alguien, quiero que me vean y así sabrán estar en sus sitios. Y quiero que cuando yo pase, la luna obligada por mis amigos los Dioses importantes, me haga una genuflexión no menos importante que la que todos los días le hace a la Diosa Atenea. El sol que a veces no sale a mi paso, estará obligado a lucir en mi honor y a hacer brillar mi lozana sabiduría, sólo podrá esconderse si yo se lo pido o si no voy a salir ¿él quien se cree ser a mi lado? Cuando paseo por los campos celestiales mi manto de blanco armiño, se que algunas de esas diosas me tienen envidia, pero no me importa, yo soy yo y los demás, no cuentan. Afrodita tendrá que ponerse a mi izquierda y yo seré la más importante de todas, pues seré una y trina. Después de pasar a saco por la vida seré Cloto: hilaré la vida de todos. Láquesis: con mi vara, mediré sus vidas. Seré mí preferida, seré mí amada Átropos: y con mi afilada tijera, disfrutaré de cortar esa vida que ya no me sirve. Yo siempre soy y seré una Moira, pero también seré tres. pepaherrero

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