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sábado, 29 de septiembre de 2012

AMISTADES PELIGROSAS

Salió doña gallina, a dar una vuelta por el campo, al poco tiempo y cerca de una acequia, un sabroso gusano, se acercó a preguntarle si había visto por allí a un hombre con un gran bote…!no! por aquí no ha pasado ninguno, pero por lo que me dices, tampoco te tienes que fiar de él, seguro que es un pescador buscando cebo para los peces. Le contestó doña gallina. Si quieres, te acompañaré un buen trecho, no sea que aparezca por aquí y tú solo, no te puedas defender. El sabroso gusanito, confiado donde los haya, le agradeció a doña gallina, su interés y siguieron juntos el camino, a doña gallina, le interesaba todo lo que el pequeño gusanito le contaba, era la simpatía hecha gallina. Y mientras lo escuchaba, también escuchaba como en su estómago, sus jugos gástricos, le reclamaban una comida que los hiciera callar, pero doña gallina, los obligaba a guardar silencio, por miedo a que cualquier viandante, pudiera darse cuenta de la jugada y prevenir al ingenuo gusano. En el recodo del camino y detrás del más frondoso de los árboles, el zorro, vio como paseaban los amigos, le pareció que doña gallina, no llevaba buenos pensamientos sobre el pequeño gusano. Y pensó: a ese pobre gusano, esta, se lo quiere comer y la malvada, no se da cuenta, del daño que le haría a toda la familia del confiado gusano. Por si acaso, los seguiré un poco y si tengo que intervenir…el bosque, cada vez era más frondoso, a cada momento, eran menos las personas que por allí pasaban, los ojos de doña gallina, rezumaban maldad ¿Qué ocultos pensamientos, invadirían su cerebro?. Como extraño mosquetero, el zorro, miraba a la gallina con aviesa mirada, se daba cuenta de las intenciones de doña gallina, pero de ninguna de las maneras, él consentiría que la malvada, cometiera semejante atropello…antes…estaba tan abstraído, mirando a los caminantes, que ni tan siquiera se dio cuenta, de que era observado por el guardia del bosque, que a su vez pensaba, que había descubierto, quien era el malandrín, que mataba a las pobres palomas del bosque…. Ya me van doliendo los pies de tanto seguir a aquella comitiva, el gusano, huyendo del pescador, para que no lo convirtiera en cebo y confiando en su amiga la gallina, quien llegado el caso, seguro que lo defendería, la gallina que aprovechaba las últimas horas de luz y pensaba en lo cerca que estaba de que se cumpliera su destino y hasta el pico, se le hacía agua. Pero era tanta su atención en el pequeño gusano, que todavía no se había dado cuenta, que el zorro, varias veces, había abierto la boca a pocos centímetros de su cuello, sólo la salvó, aquel ruido que el malvado animal, creyó escuchar, detrás de los árboles. La luz fue cegadora, yo creí que había sido el cazador, que había disparado y había acabado con la vida del zorro. Tras la luz, se hizo la oscuridad, el zorro, se había asustado, pensando que se había desatado la guerra del fin del mundo. Eso salvó a la gallina, que en esos momentos, trató de picar al gusanito, haciendo de él su cena, pero salió volando, al corto ritmo que le daban sus casi inútiles alas. El gusano, había encontrado un pequeño agujero, y se había metido en él buscando a alguien de su familia, a quien no encontró…la lluvia empezó a caer, primero muy despacio, luego fue arreciando y casi, casi se convirtió en una cortina, de la que salieron huyendo, la gallina, el zorro y el cazador, cada uno por su sitio, pensaron en lo inoportuno de aquella lluvia. ¿Cuántas ilusiones había roto? pepaherrero

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