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miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL MADERO

Dijo una voz popular/ ¿Quién me presta una escalera/para subir al madero/ para quitarle los clavos/ a Jesús el Nazareno? Veinticinco de septiembre, en los alrededores del parlamento español, hasta los leones, se pusieron rojos de vergüenza y asco. ¡No! no por la actuación de “los maderos”, ellos sólo cumplían ordenes ¿ordenes de quien? La respuesta, es siempre la misma, odio ajeno, vergüenza propia. Antes nos contaban las historias y nosotros en nuestra ignorancia, sólo podíamos creer lo que nos decían, cambian los tiempos, cambian las formas y con las redes sociales, no se puede hacer callar al pueblo, cuando ha llegado mí marido y ha puesto la caja tonta, yo estaba preparando la comida, lo oía hablar sólo, a veces levantaba la voz, pero en aquel momento dado, no pudo reprimir el grito ¡!HIJOS DE PUTA!!. Asustada y pensando en algo que le había pasado, he dejado la comida en la lumbre y he salido dispuesta a reñirle por el exabrupto, él no suele hablar así. La escena, se estaba repitiendo. La cadena era la cuatro y dicen que es de los socialistas, ¿las porras y los golpes, también eran socialistas? A la pobre chica, entre dos policías y sus porras, la llevaban a mal traer y a los hombres que quisieron ayudarla, también les dieron por todos los costados. Los ojos se me inundaron de lágrimas, cuando en un espacio vacío, en el que sólo se encontraban dos policías y un anciano, los beneméritos, estaban gozando por destrozar los flancos de tan malvado anciano, que con sus manos, por encima de la cabeza, atacaba a muerte a toda la infantería. Pero esto son gajes del oficio, yo le dije a mí marido, que qué hacían aquellos viejos en la manifestación, a lo que mí marido, con toda su seriedad, me contestó: van a que los maten. Y terminó su alocución, diciéndome, que es mejor que mueran diez viejos, que un solo joven, las lágrimas, mojaban mí rostro, creo que en esos momentos, el corazón de mí marido, era de piedra pura, sobre todo cuando fríamente me dijo, en el frente, los primeros, los ancianos y los niños. Luego vinieron las explicaciones y las felicitaciones, felicidades señores policías por haber cumplido con su deber, siempre mandados por “alguien” pero a ese “alguien” vergüenza y oprobio para él, para ella y para toda sus castas. Si un pueblo entero, votó una opción y luego le engañan, tendrá que hacer valer sus derechos aún por encima de lo votado. Y si un gobierno, no sabe mantener con dignidad el orden en su país, o dimisión, o enfrentamientos sin fin, hasta que se marchen con la vergüenza en sus rostros. Pepaherrero Con las porras al pasar/ vi pegar a dos maderos/ en los flancos y la espalda/ de un viejo de luengas barbas/ que pasaba el primero./ no había nadie alrededor/ para poderlo defender/ el anciano manos arriba/ no se pudo proteger….para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno…par.. quit…

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